jueves, 28 de julio de 2016

Gente estupenda, formidable


Hay mucha, muchísima gente buena
Con frecuencia, puede que con demasiada, servidor se dedica desde este humilde blog a la crítica de situaciones o posturas que se encuentra, sobre  todo en lo que concierne a las relaciones de sociedad y función pública. Hoy, debe de ser porque están cerca la vacaciones y uno se siente mejor, quiero ver el lado positivo de la vida, de tantos casos  y cosas  como se nos cruzan en nuestro camino y que probablemente no les damos la importancia que se merecen.

Hace unos días circulaba en mi coche a la Bañeza, en la última recta antes de Benabides advertí como un  todo terreno venía dando bandazos saliéndose al final de la calzada y empotrándose contra unos árboles. Aparqué lo antes que pude y me dirigí al lugar del siniestro, allí dos hombres de mediana edad sacaban de entre el amasijo de hierros  en  volandas al conductor cuando  el vehículo echaba humo por todas partes a la vez que una tercera persona armada con un cubo acarreaba agua de la acequia para  tirarlo por donde tanto ahumaba. Cuando ya todo se quedó en hierros empotrados pero en lo personal poco más de un susto alguien preguntó:
 —Pero con tanto calor y tanto humo, además un coche de gasolina: ¿no tenías miedo de que se incendiara y explotara?
—Bueno  sí que se me pasó por la cabeza esa posibilidad, pero no importaba, lo que mandaba mi mente era que había que sacar al señor cuanto antes y como fuera.  —Contestó uno de ellos.

Pedro es un compañero de trabajo que todas las semanas saca una tarde a un señor del centro donde está internado a dar un paseo que dura horas. Me dice que es un tío problemático, que no tiene a nadie que le vaya a visitar, y que a veces se las ha hecho pasar canutas como aquella  que le puso un cuchillo hurtado del comedor, en el pecho porque no quería volver al Centro. Pero da igual, Pedro cada semana sigue puntual a su cita.
—Pero no has pensado en dejar de ir a ver a verle cuando te  hace esas putadas?
—En esos momentos sí que se me ha pasado la idea por la cabeza, pero enseguida lo desecho, es una de las citas más importantes para mí y no puedo faltar. —Me respondió.

A Manolo lo conocí cuando estuve internado, tuvo una  caída tonta de bici, como él dice, y se quedó en silla de ruedas. Lleva su desgracia con la resignación y sobre todo el humor  que pueden darle sus fuerzas. Su hermana Carmen es su ángel de la guarda, siempre me ha admirado la complicidad y el buen rollo que hay entre ambos, siempre pendiente, siempre a su lado cuando la necesita. Pero está casada y tiene una familia a la que también ha de atender. Ella saca  tiempo y fuerzas para todos pero sobre todo para no dejar a Manolo nunca tirado. Por lo que observo,  en ello también cuenta que su marido y sus hijos, no solo no le ponen pegas ni recriminan su dedicación a su hermano, sino que se sienten orgullosos de que Carmen sea así.

Puede haber mucha gente negativa pero también hay gente fenomenal, estupenda por todas partes: esos padres llevando con inmenso amor por la vida a sus hijos discapacitados, familiares que apuran hasta el último momento sus fuerzas antes de internar a sus seres queridos en residencias, personas, por doquier, que aparcan su bienestar personal para dedicarse a vivir y luchar por el bien de los demás. Hoy quiero olvidarme de macarras, sinvergüenzas y egoístas y pensar en toda esa gente  buena que nos rodea. Al fin y al cabo son los que hacen que a pesar de todos los males, el mundo siga adelante. También, hoy, quisiera despedirme por una temporada de pantalla y teclado.
                                                Buen verano.

miércoles, 27 de julio de 2016

Hartos de estar hartos

Estaba a pleno sol la mujer segando con la guadaña, el marido a la sombra apuraba sentado un buen trago de vino. Un viandante se dirigió al señor para increparle: 
—No te da vergüenza aquí sentado y la María segando.  
—Pues claro que me da,  pero me aguanto.  —Contestó.

Ayer el señor  Vara, presidente de la Junta de Extremadura decía que los españoles estaban hartos de estar hartos. Creo que tiene razón: hartos de llevar tanto tiempo con un gobierno en funciones, hasta las narices de que a los que votaron no se pongan de acuerdo para poner el país en marcha, cabreados porque ven que lejos luchar por  los intereses de todos, lo que atienden es a los particulares y de partido, estupefactos viendo que después de habernos llevado unas segundas elecciones ven que ni siquiera por vergüenza ven más allá de sus lindes de egoísmo.

Pónganse a trabajar señorías, por favor
Y la gente sigue diciendo no es posible, no me lo  creo, no puede ser que no se den cuenta que nos están haciendo a todos una gran faena: económica, moral, de prestigio… Si es que no es tan difícil adivinar que lo que menos le importa a la mayoría es quien gobierne  sino que le resuelvan los problemas. Muchos dicen que se sienten sus señorías  y que negocien; bueno tal vez sería mejor encerrarles a todos,  a ser posible de pie y que no salieran hasta que no hubieran hallado la solución para salir del impasse, para sacar a España adelante.

Es que  se cabrea el pueblo con motivo y salen adjetivos, dedicados especialmente a los señores diputados, para todos los gustos. Muchos de ellos no se deben poner aquí, otros hablan de: incompetentes, ineptos, egoístas, tercos, cortos, mezquinos, tendenciosos, verdes, negados, egocentristas, empecinados, garrulos, retorcidos, populistas, bisoños,  torpes, interesados, cerriles, testarudos, sectarios, pardillos, imberbes, ineficaces,  codiciosos, contumaces, partidistas, paletos…

Yo no sé si a toda esta tropa les dará vergüenza lo que están haciendo a los españolitos de  pie: siete meses  llevan cobrando sin ponerse a trabajar y hacer aquello para  lo que les han votado. A lo mejor es que no la tienen, o que la tienen toda porque no han gastado nada, o quién sabe si como al paisano aquel sí que les da mucha vergüenza pero… se aguantan.



martes, 19 de julio de 2016

El progreso a día de hoy

El pasado fin de semana fueron las  fiestas del Carmen en Villafañe. Casi todos los días paso por el lugar. El sábado por la mañana vi desde la carretera que la pradera donde había transcurrido el festejo estaba lleno de envases,  el domingo seguían allí pero se sumaron los del sábado por la noche, con lo cual se podría decir aquello de que allí no cabía un desecho más. Hoy martes, allí sigue el vertedero accidental no sé si para "fascinar" a quien lo advierte pensando: ¡Qué gran fiesta tuvo que haber para dejar todo esa basura!

Yo aún a riesgo, o mejor a seguro,  de que me llamaran carca, antiguo, retrógrado… creo que lo que se demuestra con todo eso no es que allí hubiera más o menos gente, sino que la gente que fue, la organización y demás dejan bastante que desear. Ya, ya sabemos que esto pasa en todos partes no solo en ese pueblo, pero no por ello se puede aceptar como algo lógico y normal.

Antes en las fiestas la gente solía bailar, ahora no me extraña que no lo hagan, si es con tanto desperdicio por el lugar es imposible hacerlo. Cada uno es muy libre de hacer lo que le plazca: bailar, una tertulia alrededor de las bebidas favoritas, contemplar las estrellas… lo que a uno le apetezca, pero una vez apurado el recipiente no creo que fuera mayor problema depositarlo en el contenedor que al efecto,  aunque no se si en ese caso, debe haber en el lugar.
Se ve mucho, pero que mucho progreso

Es curioso si a uno se le ocurre tirar un envase en cualquier parte del pueblo si le ven se lo recriminan y lo ponen "bien". En el solar de la función donde además hay más gente y por tanto mayor peligro con, incluso botellas de vidrio, que se pueden romper; no dicen  nada, como si a nadie le importara, como si a casi todos les pareciera muy normal. Así se va acumulando jornada tras jornada la basura. Es que puede llegar el día que como siga la fiesta más tengan que entrar con zancos al lugar. Por lo menos lo podrían adecentar un poco de un día para otro, pero parece que por ahí no van.

Así que pasan los días y los residuos siguen no sé si decir esparramados o amontonados, de tantos como son. No, si a mí no me molestan, es más a lo mejor hasta me acerco a coger algún envase para reciclar,  pero de verdad: eso es el progreso, eso es el cambio, eso es lo nuevo. En fin  no hace falta que me lo recuerden: soy un carca, un viejo y no lo entiendo.


miércoles, 13 de julio de 2016

No es menester

Estábamos  cuidando la vecera en el valle el tío Pedro con Santos y yo que éramos unos guajes en plena adolescencia.  La pradera tenía un tope  con muchos árboles donde era más fácil controlar las vacas  y se podía uno  disipar un poco. En uno de esos árboles había un nido de aguilucho al que yo ya había subido y comprobado que tenía dos huevos. Se lo comenté a Santos y este pensó en la conveniencia de subir a ver si habían salido ya los polluelos así que se puso a trepar, me desvié un poco para controlar el ganado y ya cuando volvía advertí  que el compañero se removía entre unos inmensos zarzales que había debajo del  nido. Al fin apareció,  pero como un bendito  Cristo. Se había caído del chopo, menos mal que los ganchos en la bajada y caer sobre las zarzas habían propiciado el aterrizaje. Comprobé que aunque lleno de rasguños y sangre por todas partes, estaba bien. Debía al menos ir a casa a curase las heridas. Fuimos a contar al tío Pedro lo que había sucedido. — ¡Coño, coño de chico, no era menester! —Fue lo primero que nos dijo.

No había pasado   nada, Santos se lo tomó muy bien, presumía de sus  hematomas con todos, sobre todo con las chicas enseñando la espalda a la vez que con cachondeo repetía la reprimenda del tío Pedro  de que no era "menester". Por entonces no sabíamos ni lo que significaba la tal palabra pero aprendimos muy bien lo que quería decir y con frecuencia nos servía y aún hoy nos sirve  para dar a casos y situaciones  un poco de guasa.

Asistimos ahora a la configuración de un nuevo gobierno. Casi todos los partidos políticos, aseguran que es menester que se forme para no tener que volver a hacer unas nuevas elecciones. Otra cosa es que dadas las circunstancias necesarias para nombrar un nuevo Presidente, estén dispuestos a facilitar su investidura. La mayoría dicen que nones. Los que realmente interesan, una vez descartados los populistas excéntricos de Podemos, son Ciudadanos y el PSOE. Rivera parece que ayer le dijo a Rajoy que votarían en blanco. Hoy, a estas horas, se estará viendo Mariano con Sánchez y la cosa como que está que los socialistas votarán en contra.

Argumentan los del PSOE que Rajoy no se abstuvo cuando Sánchez quiso ser Presidente y por tanto que no se sorprenda ni se queje de que ellos ahora hagan lo mismo porque se trata de una situación similar. Lo que olvidan es que ellos tenían 90 diputados y el PP 125, que nunca les dieron opción a negociar ni pactar nada, que en su programa  se planteaban derogar todas las reformas que los populares han llevado a cabo en los últimos años. Sufren de amnesia o no quieren reconocer y saber  que ahora Rajoy ha sacado 137 escaños y ellos 85, que les ofrece la posibilidad de negociar para llegar a acuerdos sobre los temas más importantes, pero nada ellos se siguen haciendo los sufridos.

Se necesita un gobierno,  no "en funciones" sino "que funcione
Si como dicen casi todos, incluidos sociatas, es menester que haya pronto un nuevo gobierno para llevar adelante esta España nuestra y no pasar además por la vergüenza de unas nuevas elecciones tendrá que darse cuenta Sánchez que dadas las circunstancias de toda la patulea de partidos separatistas y populistas con los que no se puede contar para nada bueno, ellos tendrán que mojarse y dejar que se forme un gobierno. Si total no es tan difícil llegar a esa conclusión, solo es menester poner por encima de los intereses de partido los intereses de los españoles para no abocar a este país a la caída. Ya lo decía el tío Pedro cuando se cayó Santos: coño de chico, no era menester.