El famoso cómico, satírico político y escritor estadounidense Jon Stewart, asegura: "Si no te apegas a tus valores cuando son puestos a prueba, no son valores son pasatiempos". No se puede decir que uno tiene valores sí a la hora de ponerlos a prueba, en cuanto surge el menor problema, pasa de ellos. El movimiento se demuestra andando, buenas palabras tenemos casi todos, pero lo que vale es luchar y dar la cara. Miguel de Unamuno atribuyó al españolito medio la famosa frase: "que inventen los ellos", que se escabecen y mojen otros, nosotros nos tiramos a la bartola esperando que nos resuelvan los problemas.
Mañana en la Plaza de Colón de Madrid habrá una manifestación convocada por la plataforma Unión 78, en contra de los indultos que el Presidente Sánchez y su Gobierno pretenden dar a los condenados por el Proceso Catalán. No acudiré a ella porque las circunstancia mandan pero sí que estaré mentalmente, porque creo que es muy justa y necesaria, no solamente por el tema de los indultos sino por todo el aquelarre de desbarajustes y despropósitos que este Gobierno siniestro está llevando a cabo.
Me da lo mismo o mejor dicho me incentiva a estar en ella, (anímicamente), que haya personajes que me puedan llamar facha o cosas similares. Todo lo que pudiera parecer insulto si viene de boca de adinerados pijo-progres, de los miembros del Gobierno todos, quitando dos tres; es un halago para sentirme más orgulloso de hacerlo. Por eso no entiendo a la gente que estando de acuerdo en la base de los hechos, no se atreven a hacer nada.
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| Imagen: Esdiario |
¿Por el qué dirán...? Nuestros valores se definen y defienden por lo que hacemos, los momentos en que no hacemos nada, pocos valores defendemos.
Para rematar la esquizofrenia política que vivimos, sale esta semana la nueva ministra Ione Belarra, sustituta de Iglesias y dice que Puigdemont tiene que venir a España líbremente, que no es un prófugo sino un exiliado. Pero: cómo puede ser que tengamos en este Gobierno personajes como esta tía que juegan a no cumplir las leyes. Cómo puede ser que no haya ningún defensor del Estado, aunque sea de oficio, que la ponga en su sitio por faltar a su juramento de cumplir la Constitución.
Así que motivos para asistir sobran, motivos para no dejar nuestro Estado de derecho en manos de quienes lo están prostituyendo y saqueando día tras día. Plantemos cara antes de que sea demasiado tarde.
