lunes, 14 de octubre de 2019

Como no nos espabilemos, lo tenemos claro

Por fin salió la sentencia de los independentistas catalanes encarcelados. Los fiscales pedían rebelión, también, según se cuenta, la mayoría de magistrados que componían la sala estaban por aplicar dicho delito, que implica una condena de 15 a 25 años de privación de libertad,  pero había alguno y alguna  que no estaba de acuerdo con ello sino con el delito de secesión  que supone un castigo mucho menor, de 4 a 15 años; además estos, querían manifestar su voto particular, entonces parece que la mayoría se arrugó y se plegaron a la minoría para que hubiera una sentencia por unanimidad. Al final han sido condenados por sedición y malversación de fondos con penas que van desde los 13 años a Junqueras a los 9 a los Jordis.

Dicen algunos que es que si no hay una sentencia por unanimidad podrían tumbarla en el recurso que pusieran en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Oiga, pues yo digo: que si al final solo se juzga pensando en aquel tribunal mejor no perder tiempo que se inhiba la Sala del Tribunal Supremo y que sea aquel quien dicte sentencia. Una vez más, si acaso éramos pocos, confirmamos nuestra impresión de que somo un país bananero. ¿Acaso no somo un país democrático? ¿No nos regimos por un estado de derecho? Si es así: ¿Por qué tenemos que estar pendientes de lo que piensen los demás a la hora de aplicar nuestras leyes?

Cuadro e información del diario Abc
Otros dicen: condenar por rebelión supondría 20 años. Igual que la condena que se dicta a veces por un asesinato, sería injusta, aquí no ha habido muertes. Claro que no, pero daño ha habido mucho daño en todos los órdenes: social, económico, mucho daño a la paz y la convivencia y mucho daño, no a una persona sino a millones de personas. Así que está bien hacer comparaciones, pero no contorsionando los hechos. Al final además es que es ley la que hay que aplicar, aunque guste a unos menos y otros más. 

Es difícil, por supuesto, y en un tema como este mucho más. Desde el principio presiones por todas partes al juez instructor Llarena, a los miembros del Tribunal. El gobierno de Sánchez no quiere enemistarse con los indepes que le han aupado en una moción de censura, y que ahora, puede necesitar para salir investido Presidente tras las elecciones de 10 N. Quita al abogado del Estado Edmundo Bal, que pedía rebelión para que la sustituta Rosa Seoane, pida sedición. Iglesias que va a ver a Junqueras a la cárcel para hablar de los presupuestos. Compadreos, presiones y mentiras a diestro y siniestro.

Pero al final ya no es si la pena es mayor o menor, es que si la Generalidad tiene potestad en temas penitenciarios dentro de cuatro días podrían estar saliendo y entrando de la cárcel sin ningún problema, porque la sentencia no dice que tengan que cumplir la mitad de la pena, que sería lo justo, para tener ciertos privilegios.

Yo, como norma, no quiero cárcel para nadie, es más hasta comprendería el indulto, siempre y cuando que se arrepintieran de lo hecho y trataran de deshacer el entuerto, pero me temo que aquí lo que se da es todo lo contrario, tanto en ellos como los Torras que están fuera; que siguen con su afán y fin independentista.

Mientras haya tontos útiles, aunque vengan disfrazados de magistrados como Martín Pallín o Pérez Royo, cadenas de radio como la SER, televisiones como la Sexta, Políticos como Sánchez o Iglesias... Como no nos espabilemos, lo tenemos claro.




1 comentario:

  1. Yo tampoco soy partidaria de la cárcel para éstos casos, pero sí de que lo inhabiliten para toda la vida de la vida publica y sobretodo política. A trabajar .......
    Dolo

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