Si nos asomamos a medios de comunicación de cierta tendencia, nos dicen que Sánchez ayer en el Senado, dio una paliza a Feijóo. Si lo hacemos con los del otro lado, afirman los contrario. Es que ya me importa un bledo lo que digan algunos medios, que no sé como no se les cae la cara de vergüenza, es que aún leyendo medios neutrales, que aunque pocos, también los hay; tampoco me preocupa quién haya podido estar más o menos brillante en el debate. En este caso lo único importante es comprobar quien debatió como todo un señor y quien lo hizo como como un zascandil.
Más de una vez he apuntado aquí que me parecía más eficiente, mejor Casado que Feijóo. Seguramente Casado hubiera contestado con mucha más contundencia a todos los intentos del filibustero de echar por tierra al adversario pero en esta ocasión, creo que el Presidente del PP hizo lo que tenía que hacer, no entrando en el fango, donde le empujaba Sánchez, experto en moverse en aguas fecales. Hace falta tener muy poco o ningún sentido de la educación, el comportamiento y el saber estar, al que se debe un Presidente para dedicar casi la mitad de su tiempo, más de 45 minutos a intentar embarrar y desprestigiar a su adversario con historias que, además de no venir a cuento, eran como suele ser casi todo que dice este tipo: manipulaciones y mentiras.
Lo primero de una persona es comportarse como tal y un Presidente mucho más. El que tenemos creo que goza con sus comportamientos anómalos, va promoviendo y buscando la confrontación, por mucho que el tenga encima el cuajo de de decir que eso es lo que hacen los demás. Está sembrando el enfrentamiento entre los españoles porque es tan ignorante que cree que eso le dará votos. Esos votos por los que vende a quien haga falta con tal de seguir un día más en el poder. Por eso no es de extrañar que no pueda darse un paseo sin ser abucheado. Por eso para hablar con la gente de la calle, el caradura selecciona a 50 personas que le bailen el agua. Y no estoy en contra de esas personas, como pretendió el mentiroso decir ayer, sino de los que abusando de ellas, las manipulan.
Encima está rodeado de una corte de ministros y ministras, azafatas y azafatos, ignorantes e incompetentes en la mayoría de los casos, que le hacen la pelota sin parar, tal vez para seguir en el puesto. Por eso les deja tirados sin contemplaciones cuando le viene en gana y les pone en ridículo en sus afirmaciones diferentes de un día para otro, además no se da cuenta que cuando hace eso, el primero que queda en ridículo es él.
Imagen de ABC |
Más de dos horas de Sánchez para manipular, para descalificar al contrario y veintitantos minutos de Feijóo para hacer propuestas y mano tendida, para tirar por este país. Con la tasación miserable del Presidente del Senado, sin el más mínimo detalle de cortesía para compensar los tiempos. Un Presidente del Gobierno marrullero, sin principios, que solo piensa en seguir en el puesto aunque sea haciendo daño y un Feijóo con educación, con altura de miras; con sus aciertos y fallos pero que pone a España y los españoles por delante en su trabajo y aspiraciones.
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