Felipe González: "Rectificar es de sabios y de necios tener que hacerlo a diario". Lo dijo ayer a cuenta de la amnistía que el gobierno esta perpetrando. Es bastante triste la situación que estamos viviendo. Cuando no hay un mínimo de decencia, de valores; todo vale para conseguir unos fines por muy espurios, injustos y egoístas que séan. Algo falla cuando unas personas incompetentes y sin escrúpulos, pueden acceder a los más altos cargos de la gobernabilidad del estado. Hoy, aunque hay muchos motivos para hablar de las múltiples tropelías que toda esa gentuza está llevando a cabo, me producen ya tal repelús, tal asco, tal cansancio; que no quiero hablar de ellas.
En la llamada era de la comunicación, de Internet; resulta patético ver que una inmensa mayoría de personas se comporta como si no supieran distinguir entre el bien y el mal, como si no supieran de qué va todo esto. Mucha gente que no mueve un dedo aunque la injusticia y las tropelías estén a su lado si a ellos a pesar de todo no les afecta. Otros tantos que aunque saben que no está bien lo que sucede, no solo no mueven un dedo sino que trabajan sin descanso para seguir chupando de la situación por más que esta, se siga degradando hasta límites extremos.
No deja de ser muy "curioso" que cuando el autócrata cambia de opinión todo un rebaño de borregos, cambian al mismo tiempo para seguirle apoyando desde sus poltronas porque carecen de principios y no quieren perder el chollo del puesto, la paga, la subvención, con que les premian sus "servicios". Personas y personalidades de cualquier clase del tejido social, que llegan hasta las más altas instancias del periodismo, de la judicatura, de los sindicatos, lo que nos llena de perplejidad y de pena porque deberían ser los primeros en demostrar unos mínimos de coherencia y dignidad.
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