jueves, 14 de mayo de 2015

Personas extraordinarias

Al levantar la persiana de un nuevo día esta mañana vi que estaba nublado, amanecía un día sin  sol a la vista, han pasado pocas horas y el astro ya se deja notar aunque las nubes de vez en cuando se interpongan en sus rayos. No tiene por qué ser un día triste,  un día malo porque aparezca nublado; puede venir bien la lluvia,  o que se vayan las nubes, además siempre que ha llovido ha escampado. Los malos son los días que no dejan adivinar claros, los callejones que no se atisba la salida.

Ayer estaba de visita en el hospital, en la otra cama había una persona, relativamente joven,  esperaba la muerte como desenlace de esa "cruel enfermedad". El señor estaba muy
sedado aunque se le escapaba alguna palabra, pero lo que me llamó la atención hasta emocionarme fue su mujer.  Permanecía con sus manos agarradas a las del  enfermo, le hablaba aunque este apenas atendiera, no eran palabras mojigatas ni rebuscadas, eran sencillas en  un entorno de ternura,  de amor y  entrega lo que de ellas se desprendía, a veces mientras  le resbalaba una lágrima parecía querérsele escapar una "sonrisa".

Ya bajando de los hospitales me encontré con una pareja mayor, el hombre ciego. La había visto muchas veces sin darle mayor importancia pero esta vez, puede que por bajar sugestionado por lo que había encontrado en hospitales me fijé en ellos: la mujer no le acompañaba físicamente  como un simple lazarillo, no: a la vez que aseguraba la seguridad  de sus pasos sus miradas se volvían constantemente hacía la cara del hombre, mientras en la suya se adivinaba un semblante de paz, entrega y amor.

El día parece que estaba para fijarme en cosas extraordinarias: poco después me encontré a un señor muy mayor con otro, presumiblemente su hijo, con síndrome de Down. También estos iban de la mano conversando sin parar, aunque en esta ocasión no se sabía muy bien quien llevaba a quien. Lo que sí se veía, otra vez, era un gran amor, una gran complicidad.

Son muchos los callejones que, a veces, se presumen sin salida y que encuentran un norte con comprensión entrega y amor, son muchas las personas que dentro de las dificultades saben explotar y dar sentido a su vida. Por eso cuando en este  blog he escrito tanto de corrupción y malas formas,  en esta ocasión está bien dejar patente que también hay gente, mucha gente de bien, seres extraordinarios, que hacen que a pesar de todo, sigamos adelante.





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