A votar

Como decía Santa Teresa de Ávila: vivo sin vivir en mí. Mañana hay elecciones generales y sigo dándole vueltas al coco para ver cuál sería la mejor opción a fin de que mi voto sea  lo más positivo y útil. Son transcendentales estas elecciones y más por la encrucijada política en que nos encontramos, se trata nada menos que de elegir a quien va a marcar el ritmo de nuestra España durante los próximos cuatro años: el poder legislativo y el ejecutivo, el gobierno que de él emanará.

1.-Yo creo que en primer lugar voy a ver qué partidos, candidatos, programas; están más de acuerdo con mi filosofía y manera de entender la vida, cuales favorecerían más mis intereses espirituales y también materiales.

2.-Después me voy a detener en la seriedad y compromiso de las personas. Quiero de antemano personas honradas, de nada me serviría que saliera una persona que en lo que dice estoy de acuerdo con él, si luego es un cantamañanas sin palabra que hace lo que le viene en gana. La trayectoria de muchos me puede aclarar estos aspectos.

Imagen de "ultima hora.es"

3.-El sistema bipartito PSOE/PP se ha acabado. Ahora es una gama de cinco partidos principalmente, los que salen a disputarse la hegemonía. Inevitablemente tendrán que llegar a acuerdos, pactar; ya en primer lugar para hacer Presidente del Gobierno, por ello mismo yo quiero ya tener claro con quien pactara cada uno, llegado el caso, para alcanzar sus fines, para gobernar. En este punto ya casi me conformo con saber con quién no pactaran. 

Pienso que hay que mojarse, no queda otra. No vale eso de decir como algunos: paso de la política, todos son iguales, no merece la pena ir a votar. Merece la pena y mucho: nuestras vidas y la de las generaciones siguientes están en juego. Hay que tomárselo pero  que muy en serio, hay que poner ese voto, ese pequeño peso en la balanza de nuestras aspiraciones para que después, incluso si vienen las cosas mal dadas, no nos  tiremos mucho de los pelos porque podremos decir: voté lo que creí más justo y conveniente...