Estaban dando por televisión la noticia de una agresión con arma blanca. La cámara había enfocado el lugar de los hechos y se veía perfectamente la acción criminal. El informador aludía al delincuente como presunto agresor pero lo de presunto sobraba en esta ocasión en que se había visto claro, que era el agresor sin más. Algo parecido ocurre en muchos casos cuando hay quien dice que hasta que un juez no dicte sentencia nadie es culpable, la llamada presunción de inocencia y esta bien que así sea en todas las ocasiones en que los hechos no están claros. Con lo de la mujer de Sánchez, ocurre que hay documentos fehacientes y probatorios de que hacía tráfico de influencias por tanto es culpable de ello. Que un juez la condene o no, es tema aparte pero los hechos están ahí y son muy reprobables.
Tenemos un gobierno de cenutrios, sectarios, ególatras e incompetentes que se acuerda de los jueces cuando le conviene y cuando no les llama fachas con toga, prevaricadores. Pretenden y lo están consiguiendo, poner a la justicia al servicio de sus bastardos intereses. Un Fiscal General del Estado, que está haciendo verdaderas barrabasadas y ahí sigue. Una fiscal como la señora Delgado que no es fiscal de sala porque lo ha dicho el Tribunal Supremo y tiene la desfachatez de votar en la sesiones de la Junta para salvar las posaderas su amigo el Fiscal General.