Se dice que los que se van no
mueren, que siguen viviendo mientras estén en el recuerdo de los vivos. Creo que no se trata de un dicho
más o menos complaciente; es que es así. Los que seguimos recordando y viviendo
en nuestro interior con las personas que nos han dejado y que eran parte
importante de nuestras vidas lo sabemos muy bien.
Sí, tenemos unas facultades
realmente fascinantes como son la imaginación y el recuerdo que nos permiten
todo eso y mucho más: revivir el pasado, continuar con las personas que
deseemos a nuestro lado, trasladarnos a cualquier lugar querido o antojado,
imaginarnos la aventura más descabellada, trepidante o complaciente, etc. Pienso que valoramos y explotamos poco estas
facultades maravillosas que Dios nos ha dado.
Imaginemos lo que sería si a la
hora del "adiós" nos borraran también a la persona que se va, de nuestra mente,
de nuestra imaginación, de nuestros recuerdos. Sería una muerte treméndamente
más dolorosa e inaceptable. Es una maravilla poderlas recordar y revivir. Maravilloso es también que desde cualquier lugar
físico nuestra mente nos pueda transportar a lo que le dicten nuestros deseos e
ilusiones.
El alcalde de nuestro
ayuntamiento, quizás pensando en todo esto, quiere hacer un álbum de fotos para
legado, dice, de generaciones venideras.
El otro día se acercó hasta nuestro Palazuelo
para instarnos a colaborar en ello y como para dar ejemplo, nos hizo una, la que aquí cuelgo.
Es cierto, la vida es sobre todo
presente, una mariscada imaginaria no
nos mata el hambre, pero no dudo que bueno será que además llevemos en las
alforjas del alma muchos de esos recuerdos con imaginación e ilusión, porque nos harán el camino más completo, alegre y llevadero.
grande ceferino¡¡¡¡
ResponderEliminar