jueves, 11 de diciembre de 2014

Postales de Navidad

Roberto Carlos, magnifico cantautor  con cientos de millones de discos vendidos y  canciones que están entre las más escuchadas de todos los tiempos,  como Un millón de amigos, Un gato en la oscuridad...  en su tema "Amantes a la antigua"  se explaya  así: "Yo soy de esos amantes a la antigua, que suelen todavía mandar flores, de aquellos que en el pecho aún cobijan, recuerdos de románticos  amores".  Hoy me ha venido al recuerdo mientras me dedicaba a escribir tarjetas para felicitar las navidades  porque en los tiempos que corren probablemente: yo soy de esos amigos a la antigua que suelen cada año mandar postales.

Con los whatsapp, e-mail y demás adelantos que las nuevas tecnologías  nos han traído lo de enviar mensajes  por el correo ordinario de siempre  para la mayoría se ha convertido en una antigualla, y por ello unos antiguos los que todavía lo seguimos usando. Es bueno el progreso, cómo voy a estar en contra de los adelantos. Es fenomenal poder mandar  mensajes en tiempo real, es muy bueno estar siempre en contacto con las personas que te importan.
 
Respetando la opinión,  seguramente  de la mayoría,  que puede que no piense igual, estimo de todas  formas que hay casos y momentos en que la tarjeta de papel de siempre, mandada por el correo de toda la vida, puede y debe seguir ahí como una opción más. No es igual un mensaje electrónico que  la clásica postal.  En la  postal aparece la letra que con cariño ha puesto  el remitente,  te la acerca el cartero te la trae calentita, si eres de pueblo en muchas ocasiones te la dará a la mano, la puedes mirar, tocar.  La pones en un lugar preeminente para que todo mundo la pueda ver. La postal de papel exige más tiempo para elaborarla y mandarla,  más tiempo que dedicas  a la persona que  va destinada.   El envoltorio del correo electrónico es frío e impersonal con unas letras de molde, aunque bien es cierto que el mensaje es lo que más cuenta pero… no es lo mismo.   

Servidor antes solía mandar postales a todos lo que me correspondían enviándome las suyas, ahora sin embargo, envío muchas más, también a algunos que sé que la suya no me llegará, pero me da lo mismo porque estos últimos,  que suelen ser  los menos "preparados" y más humildes; precisamente sé que son de los que con más ilusión reciben mi felicitación.     
Así que tampoco me importa que me puedan llamar retrógrado, en casos especiales como lo es la Navidad seguiré mandando  postales, postales de papel,  de cartero, de tocar,  porque yo soy de esas personas a la antigua que suelen cada año mandar muchas postales.

                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario