viernes, 11 de marzo de 2016

¡Usted de qué se ríe?

Pues nada que iba yo esta mañana tan tranquilo por la calle ensimismado en mis pensamientos cuando unas carcajadas unos metros adelante en mi camino me devolvieron a la realidad.  Eran dos señoras  paradas que debían estar en una apasionante conversación porque cada pocas palabras mostraban su estruendoso alborozo.  Yo iba acercándome a ellas  y dos tres metros antes cuando tras la frase de una comenzaba la risotada de ambas,  me dio la venada y forcé yo también otra carcajada  mientras les miraba. Enmudecieron, se quedaron todas serias. Ahora sí que se me saltó la risa de verdad. No sé ellas que pensarían pero volvieron  a retomar su charla.

Muchos científicos han dicho que reírse es bueno para la salud, que contribuye a aumentar las defensas y el equilibrio, los niños ríen unas 300 veces al día.  En Folgoso de la Ribera hay una mujer que tiene sesiones de risoterapia con adultos, que  llegan allí  de muchas partes de España. Por los visto se dedican a reír  más o menos como hice yo esta mañana: empieza uno y ya los otros se contagian y siguen el rollo. Me gustaría asistir alguna vez porque claro una cosa es reírse unos minutos  y otra estar media hora o una dando risotadas porque sí,  por muy contagiosa que sea. 
Tampoco debe ser que estén con carcajadas todo el tiempo, hay también clases y ejercicios con globos y cosas inesperadas que a la vez que relajan el cuerpo y la mente pueden propiciar y provocar la risa. Hace cientos de años ya los chinos aseguraban que la buena salud y los años que vivimos son proporcionales  a nuestra manera de enfocar y vivir la vida con la mayor  serenidad y alegría posibles.

Es cierto que la vida,  no sé si decir que trae muchos problemas o que es toda ella uno que día a día nos va poniendo a prueba y hemos de resolver a nuestra manera para poder seguir. No es menos cierto que  con frecuencia cometemos el error de esperar a tener  uno grave de salud o de lo que sea para   darnos cuenta de lo torpes que somos buscando muchas veces problemas donde no los hay o dándoles la importancia que no se "merecen". 

En ocasiones no hay opciones más que para la desazón y la tristeza, pero dentro de lo posible, lo cierto es que según se tomen las cosas pueden ser más o menos llevaderas: lo de que se dice de ver botella  no medio vacía sino medio llena. El sentido del humor es un buen arma para caminar, según percibamos la realidad y la encajemos, dentro de lo posible,  tendremos más o menos posibilidades de superar y relativizar los problemas, independientemente de que hay científicos que  dicen que aumenta las defensas  y  mejora el sistema inmunológico.

¿Usted de qué se ríe? dice Mario Benedetti  en un poema.  ¿De qué se ríe señor ministro, mientras yo como pan duro? Aquí sí que le doy la razón a Benedetti, probablemente es de lo único que debiera estar prohibido reírse,  de los problemas, y males del prójimo.

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