El gran filósofo griego Platón
enseñaba en su Academia que la verdad y la bondad se confunden con la belleza. El líder de Podemos envió hace un par de días una carta a los
militantes del partido con el sugerente título: "defender la belleza". En la farragosa y cursi misiva parece deducirse, como es lógico, que se está refiriendo no a la belleza de lo físico sino más bien
como el pensador griego a la de los valores, de los principios, de los buenos
sentimientos: a la belleza espiritual. Lo que pasa es que una persona mentirosa según le conviene, ególatra, que defiende tiranías como la venezolana, o cubana, que se financia con dinero de los países que
cuelgan a los gays de las grúas; que pretenda hablar de belleza en los términos
que el gran filósofo, no deja de ser un sarcasmo. La de Platón sugiere claridad, amor, bien; la
de Iglesias y sus hechos: oscuridad,
cinismo, revanchismo, mal.
También hace dos días el gran "patriota" Secretario del PSOE Pedro Sánchez en Bruselas habló con el jefe del gobierno
griego Tsipras para que convenza a los
de Podemos de que tienen que ayudarle a
ser Presidente del Gobierno. Hace cuatro
días, en la campaña electoral para atacar al líder podemita porque predicaba lo mismo
que el griego, dijo de este último que su
programa era ruinoso y llevaría a su
país a la quiebra. Ahora, ¡Hay que tener jeta!, se atreve a pedirle que haga de
alcahuete. Como es natural Tsipras se
quedó estupefacto y le dejó en el ridículo más espantoso recordándole que él no
se interfería en los asuntos internos de otro país. ¡Cómo se puede tener tan
poco sentido de la dignidad para implorar de esa forma con tal de llegar a ser
Presidente! ¡Que la mayoría de los españoles no somos así, por favor!
A Rita Maestre portavoz del
Ayuntamiento de Madrid la han condenado a pagar 4300 euros por asaltar la
capilla de la Complutense, pero no admite su culpa ni presenta su dimisión, es
más aparece arropada por sus compinches en el Ayuntamiento para decir que se
siente capacitada para seguir de Portavoz.
La misma alcaldesa Carmona se atreve a decir que aún no ha sido
condenada porque puede recurrir la sentencia. Unos hechos probados, una sentencia de un juez…
¡Pero de qué van! A mí desde luego que no me extraña nada, son así: sus
pensamientos, sus ideas, son lo único
que respetan. La gente que no respeta no
se merece ningún respeto. Eso sí: para
exigir dimisiones a los demás por mucho menos, no veas como se ponen.
Y así seguimos: trapicheos,
componendas, verborrea por todas partes. Frentes y divisiones
como si los españolitos de a pie estuviéramos todo el día a guantazos, cuando
resulta que esos frentes que tan interesados parecen estar en volver a abrir y
que esperemos no lo consigan, están, en su mayoría, ampliamente superados. Si la verdad y la
bondad se confunden con la belleza como decía Platón, en esta España tenemos
gente muy, pero que muy fea.
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