martes, 17 de enero de 2017

Saber perder

Estos canarios: ni que estuvieran en el cuadriltero de  boxeo. Imag. El País  
El domingo pudimos ver por televisión la brutal y vergonzosa pelea entre dos padres de un equipo de fútbol juvenil en Canarias. A un servidor no le ha extrañado nada.  Tengo  en la familia chavales que juegan,  veo partidos con frecuencia y la verdad es que  las formas y los modos que se dan en la mayoría de esos encuentros propician sobradamente  que ocurran incidentes como ese. Es más, por ejemplo, en esta temporada he contemplado hasta en  dos ocasiones como han tenido que separar a dos padres porque si no llegaban a las manos.

Está bien que haya emoción, que se discutan algunas jugadas, que se critique al árbitro cuando se cree que lo ha hecho mal. Lo que ya no parece tan lógico es que la emoción se transforme en histeria, que casi todas las jugadas se discutan, que se insulte al árbitro por un quítame allá esas pajas.  Vamos que más que una liga alevín, cadete, infantil…,  donde lo único que se juega es el prurito de la clasificación, parece que se estuviera jugando algún tesoro o porvenir. Claro que hay que aspirar a ganar  y luchar a "muerte" por estar arriba en la clasificación, pero  dentro de los límites más elementales de educación y respeto al contrario y al colegiado.

Así que muchas veces casi prefiero estar desviado del entorno de los padres porque casi siempre hay alguno que no se da cuenta que estamos  viendo el partido y se empeña en retransmitirle para todos, eso sí faltando sin necesidad en muchas ocasiones y arrimando más de lo debido el ascua a su sardina. Pero es que además si te pones en la bancada contraria también hay opiniones y quejas  que casi nunca coinciden con el adversario aunque sea para el mismo lance o jugada.  Se entendería que esto ocurriera alguna vez pero no con tanta frecuencia.

En el deporte, como en la misma vida, tan importante o más que saber ganar es saber perder. El deporte es un buen campo para forjar los mejores valores. Mal ejemplo estamos dando a nuestros chavales buscando siempre con tiquismiquis  problemas donde la mayoría de las veces nos los hay, mucho peor faltando a la verdad, la educación y el respeto.  Porque al final todo ello lo que da claramente a entender es precisamente que hay muchos que fallan en algo tan elemental  como: saber perder.


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