martes, 9 de enero de 2018

Las dichosas apariencias

Lo de siempre: parece que fue ayer cuando desde estas páginas felicitaba la Navidad y ya estamos a nueve trampalantreando por la cuesta de enero. La nieve que por suerte aparece por casi toda España aunque en León hasta ahora solo copos, esperemos que siga nevando. La historia de los que se quedaron atrapados en la AP 6 durante horas con las jaculatorias de siempre: que si la culpa del gobierno, que si de la concesionaria de la autopista, que si de los propios viajeros que no debieron abordar el viaje. Culpas para todos, y ocasiones que aprovechan los listillos, pero sobre todo los tontos de turno para lanzarse al ataque. Y otra vez la política a la palestra con las paridas del Fantasma de Flandes, el fugado aspirante a Presidente, ya en primer plato de todas la portadas.

Sí, según quien hable habrá un culpable diferente. Vivimos en el mundo de las apariencias, hay que dar el pego, no importa engañar, el caso es sacar tajada. 
El chico hacía dos días que la había conocido y la invitó al cine. Ya en sus butacas al poco de comenzar la película este quiso tentar la suerte y dejo resbalar su mano sobre la pierna de su acompañante, la chica se la devolvió a su butaca suavemente. A los diez minutos el chico volvió a probar fortuna y otra vez se la volvió a retirar,  aunque ahora con brusquedad. A la tercera, debió de pensar, será la vencida, pero esta vez cuando la chica advirtió sobre su pierna la mano del "atacante" le soltó una torta que resonó en toda la sala. Advirtió con la tenue luz que se dejaba reflejar de la pantalla, que todos los espectadores de alrededor le estaban mirando, entonces él en su intento de engañarles y quedar bien dijo con voz resolutiva: "toma por atrevida"

Imagen: Alerta Digital.com
Lo que pasa que la mayoría de las veces no es que engañen, es que más bien la gente se deja engañar: ignorancia, conveniencia... Claro que son importantes las apariencias y hasta cierto punto lógicas y comprensibles, pero no hasta el extremo de engañar de manera flagrante como se hace muchas veces. En estos días, por ejemplo, hay "ilustres" comentaristas que dicen que Puigdemont  (Puchemón, para los amiguetes) si de alguna manera es investido Presidente desde el extranjero, si vuelve a España no se le puede meter en la cárcel: ¡Qué dirían los países tan demócratas y adelantados de nuestro entorno! ¡Un Presidente en el trullo!

Si ha delinquido como para ir a la cárcel y un juez así lo estima, tendrá que ir. Lo básico en un estado de derecho es el cumplimiento y respeto a la ley. Lo que menos debería importar en estos casos es lo que puedan opinar otras naciones, eso suponiendo que pensaran lo que estos dicen, que lo dudo, porque creo que si no fueran embaucados, nos acabarían dando la razón. Las dichosas apariencias de gente que se cree con la bula de convertir el bien en mal y viceversa, según convenga a sus míseros intereses, en la mayoría de los casos.

Al chico del cine se le vio el intento de falsear, si se  hubiera cayado no habría quedado tan en ridículo.
Por suerte parece que el pueblo, la gente cada vez se deja engañar menos de todos estos embaucadores que venden a quien haga falta con tal de salirse con la suya. En ridículo también, es en lo que tienen que quedar todo este hatajo de farsantes.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Pero tenemos que protestar más porque todavía nos engañan bastante.

    ASBAGO

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  2. ¿Quien será ASBAGO? Gracias de todas formas.

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