jueves, 15 de octubre de 2020

Manipulando la justicia

"Casi siempre las acciones de los malvados las persigue, primero la sospecha, luego el rumor y la voz pública, la acusación después y finalmente la justicia".  Frase célebre de Marco Tulio Cicerón, gran filósofo político y escritor romano del siglo I antes de cristo. Quiero estar de acuerdo con él pero a veces no es así. Tenemos ejemplos para aplicar dicha "sentencia" que dudo que se llegué a cumplir, o al menos sí que tarda.

Hace tiempo que muchos sospechábamos que Pablo Iglesias y muchos de los que le rodean, no eran trigo limpio, después vinieron los rumores, ahora estamos en las acusaciones: financiación ilegal de su partido, delito de revelación de secretos, daños informáticos, falso testimonio... Pero nos queda finalmente que se haga justicia. En eso están algunos jueces pero también perece que hubiera otros (magistrados y fiscales) que están en lo contrario.

Cuando ya este señor va diciendo que el Supremo no le va a imputar por algo será. Bueno, también es porque ellos se creen estar por encima de la ley. Ahí tenemos, por citar a una de tantos, a la podemita Isabel Serra, condenada a 19 meses de cárcel por un delito de lesiones contra una mujer policía, que dice no estar arrepentida y que haría lo mismo y sigue tergiversando como diputada de la Asamblea de Madrid a pesar de estar inhabilitada. La cara: mucho más que de cemento armado.

El supremo también ha imputado al número 3 de Podemos, Alberto Rodríguez, el de las rastas; por atentado a la autoridad, por patear a un policía.  El jefe Iglesias,  que se alegraba de esto, como es lógico le apoya y le dice que ni un paso atrás. Este hipócrita, impostor, es lo que tenemos de Vicepresidente del Gobierno, que decía que había que dimitir cuando se estaba investigado, imputado por un juez; ahora ha cambiado y tiene en sus filas, empezando por el mismo,  a varios con delitos, otros como presuntos delincuentes, y con los jueces echándoles el aliento en la nuca.

Cicerón. Imagen ABC.
Como los sheriffs/pistoleros del Oeste, ellos creen ser la ley, ahora con la aquiescencia del otro incompetente, hipócrita, ególatra; que sufrimos de Presidente, tienen la osadía de pretender cambiar legislación, para poder elegir ellos directamente a los miembros del Consejo General del Poder Judicial, para salvar el pellejo y acabar ya del todo pastoreando y mangoneando la justicia. A estos ya les da igual todo, como no tienen vergüenza. Pero esta vez no creo que se salgan con la suya. La cosa es demasiado burda e inconstitucional.

Recordando de nuevo a Cicerón, este también dijo: "La ley es igual para todos los hombres, que sea justa depende de los gobernantes". Los gobernantes, por ahora los elegimos los ciudadanos, así que, aunque alguna vez creo que dije lo contrario, hoy me sale decir: tenemos lo que votamos, lo que  nos merecemos.  

 

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