Me comentaba una mujer un tanto compungida la incertidumbre y angustia que siente ante la situación mundial, lo que está pasando en España, el futuro negro que se nos avecina. Yo intentaba mermar las grandes catástrofes que ella preveía.
— Siempre ha habido guerras y desastres.
— Ya, pero ahora yo creo que estamos en un momento muy malo sobre todo en España. El futuro se complica cada día más y me temo que no acabaremos bien —seguía diciendo.
— Hay que tener confianza, amiga. Saldremos de esta, no tengas dudas, no tengas miedo.
Juan Pablo II, ha sido para mí, el Papa por excelencia. Pronto empezó a calar en mí la idea de que se trataba de un Papa muy especial. Unos gestos, una cara, que transmitían paz, bondad, esperanza, alegría; sin recovecos ni cortapisas. Esas palabras que pronunció por primera vez, apenas acababa de ser nombrado Pontífice: "No tengáis miedo", han quedado gravadas a fuego en mi mente. La vida, con demasiado frecuencia, nos da motivos para la angustia y el miedo. Nos acorralan las complicaciones, los disgustos y es inevitable que los nervios nos invadan. Las dificultades económicas, los problemas familiares y sociales, la enfermedades graves..., aparecen en cualquier momento. Entonces intentamos agarrarnos a todo lo que nos pueda sacar del hoyo. A las ayudas y experiencias de otros, sus consejos.
De niño/chaval, me gustaba mucho subir a los nidos de pega y aguilucho que solían hacer en lo más alto de los árboles. Ya intuía y sabía que era peligroso y había que andar, en este caso con pies y también con manos de plomo. En la medida de lo posible había que agarrarse a más de una rama por si alguna fallara. En los trances difíciles de la vida, no queda otra que echar mano de todo y de todos. La familia, los amigos, la religión (si se tuviere), porque la solución puede llegar por el cauce más inesperado.
Servidor siempre ha pensado que todos los apoyos y ayudas son formidables pero el imprescindible, el más necesario; es el de uno mismo. Es la confianza en superar el problema. Los familiares, amigos, profesionales; nos ayudarán pero lo fundamental y primero es la predisposición para la superación de uno mismo. Predisposición tanto fisica como espiritualmente de que podemos superarlo, que haremos lo posible con todas nuestro cuerpo y alma y que lo superaremos. Una vez superado las ventajas son grandes para mejorar la vida y afrontar nuevos retos.