El 29 de octubre del año pasado, Sánchez cenaba con Begoña y seguía haciendo el indio en la India, mientras las dana arrasaba decenas de vidas. La ministra encargada de las confederaciones y los ríos, Teresa Ribera, volaba a Bruselas a preparar su candidatura a la vicepresidencia de la Comisión Europea. Con dos avisos de Aemet; ni suspendió su viaje ni tuvo la delicadeza de visitar la zona en esos días. Según los manipuladores Ferreras de la Sexta y Fortes de 24 Horas, el gran culpable de todo es Mazón. Leña al mono. Horas, días y días contra Mazón.
No sé como no se les cae la cara de vergüenza a estos cínicos y a sus adláteres que les pelotéan y siguen la farsa. Que yo no estoy diciendo, ni mucho menos, que Mazón no sea culpable pero estaría bien recalcar y hablar que hay más culpables y sobre todo un máximo culpable, que es el presidente del Gobierno. En qué cabeza cabe que con la tragedia que estaba ocurriendo siguiera en la India. La dana el 29 de octubre, él se desplaza al lugar de la catástrofe el 31 y no se le ocurre nada mejor que decir que si necesitan ayuda que la pidan. Pues muy mal. Sánchez ante semejante emergencia tenía que haber asumido desde el primer momento el mando y la dirección para luchar contra la desgracia. En sus manos está la potestad para dar todas las órdenes necesarias para que toda España se involucrara aportando todo lo que fuera posible.
Ejercito, ayuda exterior... Todo el potencial de ayuda debió de ponerse desde el primer momento en alerta sin necesidad de que nadie se lo pidiera. Se perdieron así unas horas y días cruciales para ayudar en la tragedia. Y eso no es culpa de nadie más que de Sánchez. Tanto, tanto pedir la dimisión de Mazón y se olvidan de pedírsela al principal culpable. La verdad es que este tiene tantos y tan graves motivos para pedir su dimisión, que es inconcebible que siga en el cargo. Después acude otro día con el Rey a visitar la zona y se va corriendo como un cobarde porque le increpan. Los manipuladores, como Carlos Cué, dicen que le dieron con un palo pero las cámaras demostraron que no hubo nada.
Cada persona tiene sus principios, su forma de ver la vida y merecen todo el respeto siempre que estén dentro de la legalidad. Lo que no es respetable es la mentira y la maldad. La manipulación contante para negar lo evidente, para dar siempre la razón a los mismos incluso atacando a uno de los poderes fundamentales del estado como son los jueces. Ahora Sánchez está en meter en vereda a los medios de comunicación, con multas ruinosas para quien ose salirse de su doctrina y resulta que en vez de hacer una manifestación contra él, van los periodistas del Congreso y la hacen contra Bertran Ndondgo y Quiles, dos periodistas, cuyo mayor despropósito es decir y cantar las verdades del barquero de este gobierno.
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