viernes, 11 de abril de 2014

Semana Santa. Procesiones y chapas

Hoy viernes de dolores, ahí está el Domingo de Ramos, llega la Semana Santa, los escolares tienen vacaciones, también mucha gente abandonará durante esos días su trabajo para tomárselos de diversión o descanso, otros muchos seguirán trabajando y los habrá también, como los del gremio de hostelería, que trabajaran más que nunca para que los demás puedan disfrutar.

Imagen significativa de la Semana Santa.
Copia del Cristo de Velazquez  que se encuentra en la
iglesia de nuestro pueblo -Palazuelo de Eslonza-.
Semana con sabor a limonada y bacalao, con olor a roscas de pascua, con amigos que se reencuentran después de un tiempo. Pueblos que se animan tras un de un largo invierno con la llegada de los descendientes que se fueron a buscar la vida por otra parte, días para recordar y también para vivir con la intensidad de ritos y procesiones que perdura en la mayoría de los rincones de nuestra geografía, aunque en algunos pueblos, como el nuestro, se deje menguar algo por la escasez de sacerdotes.

Devoción  y escenografía,  emoción y admiración; todo mezclado. Creyentes  que acuden a las procesiones  y actos religiosos con el corazón empapado de sentimientos,  embargados  en el ambiente de tanta pasión y dolor,  gente que sin ser religiosa también va  para dejarse inundar por esa oleada de religiosidad y espectáculo porque es que hay que tener los sentimientos muy  tapados paro no sentir algo especial al paso de una procesión mientras se oye una saeta.

En Navidad fue la lotería,  ahora es el juego de las  chapas en este rincón de León, de jugárselo todo a cara o cruz. Procesiones y juego, religiosidad y desmadre, iglesias y bares, aire  silbando callejas y plazas;  toda  una mezcla que confieren a la Semana Santa de aquí un espíritu y sabor  tan singular. Bueno sí que hay lotería, una fatal lotería, la que nos anuncia ya el número de muertos en accidentes de carretera  que más o menos en estas fechas habrá. Y lo malo es que todos los que circulamos por ellas tenemos papeletas por mucho que intentemos conducir bien y con precaución porque somos muchos en el asfalto y hay de todo en  la viña del señor. Los humanos fallamos y las máquinas, los coches, aunque puede que menos, también fallan.

Buenas vacaciones para los que las puedan tener,  buenos días para todos y que a la vuelta nos volvamos a encontrar.



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