martes, 29 de abril de 2014

¡Qué solos se quedan los pueblos!

Una moza se casaba con un mozo del pueblo o alrededores, el padre del novio les daba una vaca el de la novia otra, con lo que ya  tenían su pareja para labrar el campo. Un carro viejo que ya no se usaba lo reparaban, unas  tierras de renta para labrar, de momento a vivir en casa de los suegros  o habilitar un poco algún chamizo viejo, poco a poco a empezar  haciendo adobes, buscando madera para construir su nuevo hogar. Esta podía ser la historia, más o menos, de los primeros pasos de una nueva "empresa" agrícola de aquellos tiempos.  Se podía arrancar con casi nada,  con un poco de ayuda de los padres, esfuerzo y tesón;  en pocos años, muchos menos de lo que ahora duran las hipotecas,  había una nueva casa con una joven familia de agricultores.

había que hacer muchos adobes para levantar la casa
Hoy es todo muy distinto: la maquinaria mínima para empezar a trabajar el campo cuesta muchos millones de pesetas, es necesaria mucha tierra para rentabilizar la inversión y poder vivir de ella, las casas e instalaciones agrícolas ya no se hacen con adobes y madera, todo cuesta un ojo de la cara;  con lo cual los jóvenes como no les dejen bien montados sus progenitores les es prácticamente imposible  quedarse en el pueblo si tienen que partir de poco o de cero y claro que parten pero para otras tierras a buscarse la vida.

Así se van quedando muchos pueblos vacíos, con cuatro personas mayores. Vas  un día cualquiera y muchas veces no ves a nadie, como si fuera un pueblo fantasma de aquellas películas del oeste cuando llegaba el pistolero solo acompañado por un viento huracanado, mientras iba cabalgando por sus calles y plazas.  Resulta inevitable acordarse de antes,  cuando el pueblo era un hormiguero con bullicio y vida, con labradores,  juventud y niños por todas partes.

Una vez más el progreso destruye algo muy nuestro. Puede que tenga que ser así pero… es una pena. Nos queda el consuelo de que al menos los fines de semana y sobre todo los veranos muchos vuelven con sus familias y el pueblo recupera un poco de su antigua vida. A ver si al menos esto continúa.



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