viernes, 12 de febrero de 2016

Conservemos nuestra Tierra

No creo cuando hay miles y miles de años por medio en las predicciones  a futuro ni en las afirmaciones a toro pasado.  No digo que no puedan tener una parte de verdad pero  lo que sí  cuestiono es  ese afán de darnos cifras de ese rango pretendiendo que las tomemos como ciertas. Viene un gran científico y  dice la Tierra tiene 4530 millones de años, después aparece otro asegurando que tiene  4400, otro nos intentará demostrar otra cantidad y  así sucesivamente.   La Tierra dejará de ser habitable dentro de 1350 millones de años, dice uno, otro catalogado también como gran sabio, nos dice que bastantes menos… Además independientemente de que es imposible que se pueda ser mínimamente preciso en esos cálculos, esas cantidades para una vida humana lo normal es que apabullen, pero también que resbalen.

En la revista Nature  Climate Change,  un grupo  de científicos aseguran  estar aterrorizados por la idea de cuadriplicar el CO2. En cientos de años, dicen, mirarán hacía atrás y se acordarán de quienes no dejaron de utilizar carbón, petróleo y gas, al ver que el nivel del mar y la temperatura se sigan disparando. Piensan que las consecuencias del presente tendrán un alcance de hasta 10.000 años. Una fracción considerable de las emisiones de carbono hasta la fecha y en los próximos 100 años  permanecerá en la atmósfera durante decenas de miles de años, dice el estudio, que el planeta tendrá 7 grados más de temperatura media y el nivel del mar estará 52 metros más alto.

Antes en el Río Moro se podía
 pescar, había muchos peces
Eso es lo que dicen los científicos, lo que está claro es que de hace pocas décadas a hoy la contaminación y el consumo de materias primas ha experimentado un auge exponencial. Ya no se consume sencillamente se derrocha. Es curioso hace pocas décadas, hasta los años 70 u 80 no había contenedores de basura en los pueblos, sin embargo estos estaban limpios,  con boñigas y  cagatinas de oveja pero  se puede decir que limpios; ahora resulta que tenemos no sé cuántos contenedores para depositar los desechos  y en cualquier parte aparece una escombrera,  el río del pueblo, el Moro,  era agua fresca, lleno de peces cangrejos, ahora totalmente contaminado, no hay ni ranas,  con envases de plástico por los rincones y aguas llenas de mazas con malos olores y eso que tenemos una depuradora pero  eso sí, abandonada a su suerte para contaminar más aún.

Entras en los edificios públicos y en algunos casi rompes a sudar del calor que hace, no importa el día que haga si es invierno tiene que haber calefacción a  todo gas, faltaría más.  Humos que salen por todas partes, a veces contra  un sol que pide clemencia. Coches que lo invaden todo aunque sea sin necesidad, venga electrodomésticos, a por el último modelo. Hay que consumir, el  consumo trae bienestar, trabajo y riqueza  nos machacan continuamente. Como si  fuéramos nosotros los amos del planeta,  agotando los  recursos,  explotando la Tierra  como si detrás no viniera nadie más.

No sé hasta qué punto acertarán esos científicos que auguran un futuro tan negro, es fácil darse cuenta que realmente lo estamos haciendo muy mal. Dijo el nefasto Zapatero cuando era Presidente que la Tierra no pertenece a nadie, sino al viento. Todos estamos anclados a ella y estarán nuestros descendientes, deberíamos cuidarla, mimarla. Porque estamos confundiendo bienestar y progreso con riqueza y consumo. Felicidad y armonía con abundancia y derroche. Paz y serenidad con juerga y placer.  ¡Hasta  cuando¡

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