Muy bonita la montaña pero en invierno muy cruda |
Me
contaba un amigo de la montaña que en su pueblo por aquellos valles del pantano
del Porma estaba un día charlando con un
matrimonio mayor. Hablaban de lo tristes y solos que se van quedando esos
pueblos, sin gente, desconectados, al menos físicamente, por el frío y la nieve, por más que ahora con
tanto artilugio moderno no se sientan tan lejanos. Decían que si en estos
pueblos la vida es muy dura, que si no hay casi nadie en invierno; cuando la
mujer con voz grave concluyo: yo ya le digo a Casimiro (su marido): cuando
uno de los se muera yo bajo pa León.
No
deja de ser una anécdota graciosa de esa abuela que sin darse cuenta mandaba
para el otro barrio a su marido antes que ella pero esto es lo que pasa en
muchas ocasiones cuando vamos pregonando buena mercancía y simultáneamente
nuestros comportamientos muestran lo contrario. —Hay mira es que fulanita/to es
un bicho no para de criticar, todo el día murmurando y hablando de los demás,
que mala/lo es, pues anda que menganita/to fíjate… es que a mí no me gusta
meterme en la vida de nadie. Como decía aquel: ¡Mira quien fue a hablar!
—Yo, aunque
duela, siempre con la verdad por delante.
—Es que hay veces que no se debe decir la verdad.
—Oye chica que me estaba fijando que estás muy guapa.
—Pues mira mona lo siento pero de ti no puedo decir lo mismo.
—Porque no quieres, miente como yo. —Sentenció la que presumía de decir siempre la verdad.
Ya lo dice el refrán: una cosa es predicar y otra dar trigo. En esta sociedad donde las apariencias tantas veces están por encima de los valores, está a la orden del día decir una cosa y hacer justo lo contrario.
—Es que hay veces que no se debe decir la verdad.
—Oye chica que me estaba fijando que estás muy guapa.
—Pues mira mona lo siento pero de ti no puedo decir lo mismo.
—Porque no quieres, miente como yo. —Sentenció la que presumía de decir siempre la verdad.
Ya lo dice el refrán: una cosa es predicar y otra dar trigo. En esta sociedad donde las apariencias tantas veces están por encima de los valores, está a la orden del día decir una cosa y hacer justo lo contrario.
Y
no digamos ya los políticos y más ahora en periodo. Es que no esperan
ni a que acabe la campaña electoral para desdecirse ya en la oposición o en el
gobierno, es que ahora mismo tienen no sé si tal empanada mental, tal falta de
preparación, tal verborrea, o tal falta de personalidad y de persona cabal; que son capaces de decir hoy lo contrario de
lo que aseguraron ayer, de afirmar en
Madrid, lo que niegan en Barcelona. Decía la abuela que ella cuando faltara uno
bajaría pa León, el abuelo quedaría en la tumba en el pueblo. Estos dicen: Yo no busco sillones ni cargos,
pero espero que se me apoye para ser Presidente aunque yo no apoyare de ninguna
manera a otros para dicho cargo. Si es que en el fondo: tontos del todo no son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario