miércoles, 1 de junio de 2016

Cuando casque uno de los dos, yo bajo pa León

Muy bonita la montaña pero en invierno muy cruda
Me contaba un amigo de la montaña que en su pueblo por aquellos valles del pantano del Porma  estaba un día charlando con un matrimonio mayor. Hablaban de lo tristes y solos que se van quedando esos pueblos, sin gente, desconectados, al menos físicamente,  por el frío y la nieve, por más que ahora con tanto artilugio moderno no se sientan tan lejanos. Decían que si en estos pueblos la vida es muy dura, que si no hay casi nadie en invierno; cuando la mujer con voz grave concluyo: yo ya le digo a Casimiro (su marido): cuando uno de los se muera yo bajo pa León.

No deja de ser una anécdota graciosa de esa abuela que sin darse cuenta mandaba para el otro barrio a su marido antes que ella pero esto es lo que pasa en muchas ocasiones cuando vamos pregonando buena mercancía y simultáneamente nuestros comportamientos muestran lo contrario. —Hay mira es que fulanita/to es un bicho no para de criticar, todo el día murmurando y hablando de los demás, que mala/lo es, pues anda que menganita/to fíjate… es que a mí no me gusta meterme en la vida de nadie. Como decía aquel: ¡Mira quien fue a hablar!

—Yo, aunque duela, siempre con la verdad por delante.    
—Es que hay veces que no se debe decir la verdad.   
—Oye chica que me estaba fijando que estás  muy guapa.   
—Pues mira mona lo siento pero de ti no puedo  decir lo mismo.   
—Porque no quieres, miente como yo. —Sentenció la que presumía de decir siempre la verdad.                                            
Ya lo dice el refrán: una cosa es predicar y otra dar trigo. En esta sociedad donde las apariencias tantas veces están por encima de los valores, está a la orden del día decir una cosa y  hacer  justo lo contrario.

Y no digamos ya los políticos y más ahora en periodo. Es que no esperan ni a que acabe la campaña electoral para desdecirse ya en la oposición o en el gobierno, es que ahora mismo tienen no sé si tal empanada mental, tal falta de preparación, tal verborrea, o tal falta de personalidad y de persona cabal;  que son capaces de decir hoy lo contrario de lo que aseguraron ayer,  de afirmar en Madrid, lo que niegan en Barcelona. Decía la abuela que ella cuando faltara uno bajaría pa León, el abuelo quedaría en la tumba en el pueblo.  Estos dicen: Yo no busco sillones ni cargos, pero espero que se me apoye para ser Presidente aunque yo no apoyare de ninguna manera a otros para dicho cargo. Si es que en el fondo: tontos del todo no son.                        



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