La verdad es que la culpa la tiene uno por entrar en esos lugares de adoctrinamiento y sesgo que tanto abundan hoy día en algunos medios de comunicación. Sé lo perjudicial que es, que para ello hay que estar vacunado muy bien, los efectos secundarios que tienen. Sé que son nocivos para el equilibrio mental... pues nada a pesar de ello: porque los está viendo otra persona, o por la curiosidad y el zapping al final acabo viendo alguna parte de bazofias como La Mañana del "predicador Ruiz o Al Rojo Vivo del "justiciero" García Ferreras.
No creo que sea para tanto |
Hoy la cogieron con el autobús de Hazte Oir. Según ellos el autobús del odio. Yo pienso que quizá no es muy oportuna la publicidad que pretenden exponer: los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Cosa que por otra parte es un obviedad. Que hay algunos que con pene se sienten del otro sexo y viceversa: pues claro que los hay. Que como seres humanos estos últimos merecen todo el respeto, por supuesto. Es que cuando les interesa se la cogen con papel de fumar además siempre dan los sablazos en el mismo lado. Si decimos que los hombres tienen pelo en la cabeza, no creo que nadie se moleste porque esté calvo.
Pero hay que dar leña al mono como sea. Obispo de Zamora que pasaba por allí y se le ocurrió decir que lo del autobús era una perogrullada, le cayó la del pulpo. Si es que estos predicadores de las televisiones puede que se comporten así porque en el fondo les gustan los púlpitos; son obispos frustrados. No es mi intención defender a los obispos que como en todos los gremios les habrá para todos los gustos, pero sí que digo que deberían hablar más de la vida de cada día y contestar más a las provocaciones que estos pseudo- salvadores hacen con frecuencia, al fin y al cabo aunque nos hablen de transcendencia también es importante el día a día.
Lo que más me "fascina" es que todos estos Ruíz, Ferreras, Woyoming... no creen más que en ellos mismos y resulta que miran con lupa cualquier cosa con connotaciones cristianas que venga de creyentes. También es verdad aquello de que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio puede que por eso y quien sabe si por "caridad" las gentes de bien muchas veces pasan. Al fin y al cabo cada uno es como es.
La vida es una obra de teatro que no tiene ensayos. Salimos directamente al escenario y es normal que muchas veces nos confundamos. Todos tenemos derecho a equivocarnos, hasta la Constitución habla de la presunción de inocencia. Lo malo es cuando algunos creen estar siempre en posesión de la verdad y difunden desde sus imponentes atalayas sus doctrinas sectarias. La verdad y la bondad se funden con la belleza, decía Platón. Cuando creemos que, por algunos, son asiduamente pisoteadas: ni nos podemos ni nos debemos callar.
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