jueves, 23 de noviembre de 2017

Que asuman las consecuencias

Estábamos en el internado haciendo el bachillerato. Eran unas normas duras, una disciplina férrea, muy rígida. A veces nos la saltábamos por conveniencia o porque estábamos hartos de tanta regla y sumisión,  pero si te pillaban en el "renuncio" ya sabías lo que pasaba:
—¿Usted no sabe que no se puede...?  —Decía el presunto educador.
—Es que yo pensaba, yo creía... 
—Así que usted pensaba... —Comentaba el justiciero—, moviendo la cabeza con guasa, a la vez que propinaba dos tortazos al chaval. Y para rematar en la mayoría de los casos un castigo  adicional.

Estos días, a poco que uno se exponga a la opinión de los medios, nos ponen la cabeza loca con las elecciones catalanas y toda la monserga independentista que desde hace tiempo nos acompaña:
Que  si a la señora Forcarell y demás miembros de la Mesa del Parlamento catalán, el juez del Supremo Llarena, no les encarceló preventivamente porque dijeron que acataban el artículo 155 que se aplicó para echarles de los de los casgos que ocupaban en las instituciones.
Que  si el caso de los que están encarcelados, del defenestrado Gobierno catalán por la jueza  Lamela de la Audiencia Nacional, pasará posiblemente  al citado juez del Supremo para unificar las causas. 
Que Ahora los del trullo parece que les ha venido un ardor súbito por acatar dicho artículo y que en ese caso el juez posiblemente les echará fuera.

Cuando oigo todos esos razonamientos  a gente presuntamente culta e incluso, a veces, instruida en leyes, no sé si carcajearme o echarme a llorar de pena. O sea que se plantean sacarles de entre rejas solo porque ahora afirmen que acatan... Pero oiga que Junqueras, Turull, Romeva; están allí por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos. ¿De verdad puede tener la más mínima importancia que puedan cambiar lo más mínimo de chaqueta? Cambio además que a poco que se investigue se descubre que de real no tiene nada. Lo que sí que es real, es que las rejas y la privación de libertad agudizan las mentes y aplacan los delirios de grandeza. 
Imagen de Periodista Digital

Después de todo el grandísimo daño que han hecho todas esas gentes con el fugado Puigdemont a la cabeza (a ver si le meten pronto también entre rejas): ¿Merecen alguna consideración? ¿Acaso a algún preso preventivo de violación, o de cualquier otro delito menor los jueces le sacan porque diga que va a cambiar? Pues no. Espero que digan lo que digan el juez Llarena siga el ritmo de la jueza Lamela y si no no hay más motivos que ese cambio "accidental", sigan encerrados, lo tienen más que merecido, pero además si no hay un buen escarmiento, dentro de la ley por supuesto, dentro de cuatro días volverán otra vez al intento.

Yo no quiero que a estos señores se les trate como  lo harían en algunas dictaduras de hoy día, o como en aquel internado donde no había más ley que la de ordeno y mando, sin posibilidad de protesta. No sé si tienen que cumplir todos los años que sus delitos conllevan, sí pienso que una buena temporada les "vendría muy bien". Tienen todos los cauces de la justicia para defenderse, tendrán un juicio justo, podrán recurrir cuantas veces les convenga, pero que se vea que realmente estamos en un estado de derecho: que asuman las consecuencias.



sábado, 18 de noviembre de 2017

Marianela

Marianela  es el título y la protagonista de una gran novela de Benito Pérez Galdos. Se trata  de una muchacha sola y desamparada que además físicamente no es nada agraciada. Acaba siendo lazarillo de un chico rico pero ciego; Pablo,  del que se enamora. Se prometen estar siempre juntos, juntos van a a todas partes y a través de su mirada y sus descripciones, Pablo imagina y puede "contemplar" el mundo que le rodea. También este imagina que la chica que es un ángel venido del cielo debe de ser guapísima. Un día gracias a un buen médico Pablo recupera la vista, con Marianela alejada de él aquellos días, precisamente por lo que ella  siempre temió, que viera y descubriera que guapa no era. Lo primero que ve Pablo es una prima espléndida de la que acaba enamorándose. Marianela a pesar de que la prima la trata muy bien y quiere incluso un día llevarla a vivir con ellos, no soporta la situación y se muera o mejor se deja morir.

Todos  sabemos de Marianelas Y Marianelos que van dando a pedazos su vida  a personas que les prometen lealtad y recompensa  y que después les dejan tirados en cuanto se les cruza cualquier condición física-material mejor.
Yo conozco a uno que se le ocurrió enamorarse por Internet. En la distancia se prometieron amor y fidelidad eternos. La chica era sudamericana, mire que le porfiaron:
—Que hay mucha distancia,  que así no la puedes conocer bien...
—Es igual nos entendemos mejor que muchos que se ven a diario.
—Que la sacas casi 20 años
—Eso para nosotros no tiene importancia. —Contestaba.
Pues la trajo para España y a los dos días se casaron. Pero las cosas pronto empezaron a ir de mal en peor. En pocos semanas, el jurado amor eterno se acabó. Duró justo lo que tardó la mujer en hacerse con la nacionalidad española y poner a cero sus cuentas. El buen hombre no se ha dejado morir como Marianela, pero poco menos. 

Los cuentos, las novelas, las películas; casi siempre acaban bien. Los escritores y guionistas procuran que así sea porque saben que la gente prefiere con mucho esos finales felices. Sin embargo en la vida no es así: el haber sufrido mucho no es aval para no seguir sufriendo, y al revés, el haber gozado mucho no es inconveniente para seguir gozando; independientemente de que en ambos casos pueda haber paréntesis de todo lo contrario. Aunque haya quien dice que al final la JUSTICIA acaba triunfando, continuamente vemos que esa afirmación no es cierta.

Si hay una deuda económica y el deudor no paga, el acreedor puede acudir a la justicia si tiene pruebas y documentos que lo acrediten. Cuando se trata de una deuda de compromiso, de gratitud, de amor,  ¿a quién se puede acudir? En este mundo nuestro a nadie. Por eso yo quiero pensar y pienso que hay otro mundo donde todo eso cuenta.


martes, 14 de noviembre de 2017

Así nos va

Así que el Puigdemont sigue en Bélgica haciendo el ganso y el ridículo. La última gansada una entrevista al periódico Le Soir en la que dice que hay otra solución para el problema de Cataluña sin tener que llegar a la independencia. Verdaderamente a este tío yo creo que la idea de que puede acabar entre rejas para una larga temporada le va carcomiendo las neuronas. Lleva años dando la matraca con la independencia, hace que se declare, se fuga porque se ve ir a la trena y ahora sale con esta pamemada. Además es que casca que se piensa presentar como número uno de su "nuevo" partido Juntos por Cataluña a las próximas elecciones  y no sé cuantas sandeces más.

También Junqueras, el segundo de abordo del desmantelado Gobierno catalán dice que se presentará a dichas elecciones como cabeza de lista de Esquerra. Que estos señores desvaríen un poco tampoco tiene porque ser tan extraño, lo que ya suena un poco a cachondeo es que desde casi todos los medios, especialmente las televisiones, se pregonen como normales y posibles sus sermones. Hasta el mismo Gobierno: esta mañana el ministro de Exteriores señor Dastis,  invitaba a Puigdemont a que se presentara a las elecciones.

A Estos independentistas  la fiscalía les ha acusado de presuntos delitos de rebelión, secesión y malversación de fondos, los jueces tanto Lamela de la Audiencia Nacional, que instruye a los miembros del defenestrado gobierno,  como LLarena del Tribunal Supremo que lleva la causa de los miembros de la mesa de aquel parlamento; ven también indicios de los mismos delitos. Aunque hay discrepancias en cuanto al delito de rebelión porque algunos aseguran que tiene que haber aviolencia "física" y hay quien dice que no la hubo, en los otros dos delitos apuntados la unanimidad al afirmar que sí se cometieron, es casi total por todas partes. 

Dejamos entonces a parte el delito de rebelión que son 30 años y nos quedamos con los de sedición que anda por los  15 y malversación de fondos, que ronda por otros 8. Pero es que no hace falta ser jurista como tanto cacarean algunos para saber que además de la pena de cárcel esos delitos llevan, como por otra parte es lógico, la pena de inhabilitación para cargo público. Los tele-manipuladores Ferreras, Ruiz... lo que tendrían que preguntar no es como se presentan esos presuntos a las elecciones sino cuando van a entrar en el trullo los que aún no están.

Entonces a que viene tanta complacencia en que se presenten cuando realmente cumpliendo la legalidad no pasa de ser una pantomima. ¿Es que alguien puede pensar  que los que crearon el problema van a ser ahora los adalides de la solución? Pero en esta querida España cada vez resulta más difícil extrañarse de nada: fíjate el otro viernes que cuatro independentistas se dedicaron a cortar carreteras y a fastidiar a miles de catalanes con los mossos y la policía cruzados de brazos, sale el Ministro del Interior, Zoilo a justificar la pasividad porque dice que no era día de buscar confrontaciones. 
O sea que para este gobierno timorato, defender la legalidad es buscar confrontaciones y Puigdemont que se presente a las elecciones. Pues en estas estamos y ¡así nos va!


Salen en las estadísticas del blog bastantes lectores desde Italia, me gustaría que si eres alguno de ellos me lo corroboraras para saber que no se trata de un error. Muchas gracias.


Transportes del Río -Isaac y Alvaro- Transportes Gelo.

Seriedad, economía y eficacia.


jueves, 9 de noviembre de 2017

6 años

Me he acordado que hoy ya hace 6 años. Como he escrito aquí más veces, fue un 9 noviembre de 2010 cuando un coche me atropelló en un paso de cebra dejándome a las puertas del otro barrio, viendo las barbas a San Pedro, aunque este parece que que no quiso darme de paso.  Muchas horas en una UVI con un techo blanco como único horizonte. Muchas cábalas, pensamientos que se amontonan cuando no hay lugar ni fuerzas para las obras. Pensamientos de un pasado y un presente, pero sobre todo de un futuro. En esa lucha por la supervivencia se disuelven muchos problemas  y aparece de cara solo una realidad muy clara. Sola queda la alternativa,  la ilusión de poder salir adelante. Al final siempre lo mismo: si salgo de esta...

Si salgo de esta cambiaran para mí muchas cosas. Cambiaran las prioridades de mi vida, cambiaran  los afanes y comportamientos, cambiaran los horizontes e ilusiones, cambiaran los proyectos. Sabré diferenciara entre lo importante y lo banal. Lucharé por lo que merece la pena y no me preocupare por el follaje temporal. Sobre todo: viviré, viviré a tope e intentaré que vivan también a tope los demás. Sí, panza arriba, vas proyectando  desde de tu imaginación todos esos deseos en la bóveda blanca del techo y eso te hace más fuerte porque crees que es posible. Es más: tiene que ser posible.

Ta das cuenta que, como decía Galileo lo más importante no son los años que uno ha vivido,  sino los que a uno le quedan por vivir. ¡Cómo exprimiría yo esos años por poquitos que fueran! Sigues dándole a todo vueltas y más vueltas, lo ves todo tan cercano y tan posible que en medio de tanto dolor físico hasta te alegras y aunque te lo tienen que hacer todo porque no puede ni moverte, ya empiezas a hacer tus cálculos de los días, meses que te quedan para empezar esa nueva vida. 

Y así fue, tuve suerte, mucha suerte. Casi un año de baja: hospitales, operaciones, silla de ruedas, consultas... y efectivamente al final podía decir que volvía a vivir. Sí, la vida,  Dios; me habían dado una prórroga y  debería aprovecharla. Tenía que poner en práctica todo lo que durante tantas horas había pensado.

Cierto es que en la forma de ver la vida he cambiado, pero mucho menos de lo que desearía en lo tangible, en los hechos. Uno sigue montado en el tren de la sociedad actual, contaminado por todas partes. Pensabas que iba a ser sencilla la tarea pero te  das cuenta lo difícil que es ir contra corriente además,  es tan fácil dejarse llevar. 
Hoy, como "castigo", me he puesto a escribir todo esto, para recordar mis fallos. Porque hoy quiero seguir pensando que todos, yo también,  podemos cambiar.


viernes, 3 de noviembre de 2017

Basureros de las ondas

Se puede ser tonto y este tío para mí lo es. Se puede ser mala persona y este personajillo para mí lo es. Hacen falta las dos cosas tirando al limite:  tonto y mala persona,  para decir lo que dijo este mequetrefe de los ancianos.
Me estoy refiriendo al insultador Jorge Javier Vázquez que en su programa bodrio "Salvame" en medio de los colaboradores, también elementos para echarles de comer aparte, criticó o más bien insultó a personas por el hecho de ser muy mayores diciendo: "Estoy alarmado y asustado por la cantidad de gente anciana, señores muy viejos y señoras muy viejas , que me escribe insultándome. Y yo pienso estos señores que están a punto de palmarla, a punto de encontrarse con Dios y con San Pedro, ¿no se podían dedicar a sembrar el bien y el amor antes de que les lleven al camposanto".   "Algunos llevan el signo de la muerte en la cara". Todo esto decía a sus compinches que, como era de esperar de esta gentuza, le reían la "gracia".

O sea en el programa basura número uno de la tele, a toda esta pandilla de basureros (mis respetos para los basureros honrados) no se les puede criticar y mucho menos los ancianos porque para este sujeto ya no tienen derecho más que a prepararse para ir al camposanto. Yo pensaba que era malo, pero nunca pensé que fuera tan cenutrio. Este tendría o tiene padres que serán más o menos viejos, pensará llegar a longevo o puede que como es tan moderno se quite del medio en cuanto vea una arruga de más o un pelo de menos.

La vida cada día nos depara cosas que no nos gustan también otras que pueden ser geniales. Cada uno es como es. A mí que esa gentuza se insulten y se saquen los trapos sucios en sus programas basura me trae al pairo, porque además no les veo, me entero de estas cosas porque leo la prensa. Pero por mucho que pase de sus programas no puedo pasar, cuando me entero, de comentarios que están totalmente fuera de lugar hasta en esos panfletos televisivos. Alguien lo dijo, creo que lo apunté en otro post: el problema no es que haya gente mala, que siempre la habrá,  el problema es que nos quedemos de brazos cruzados y no me da la gana. Hay que denunciar a toda esta chusma.

Claro que la mejor denuncia sería no ver esos programas. Entiendo que mucha, puede que la mayoría de la gente que los ve, no es porque apruebe sus comportamientos sino más bien porque se lo toman como guasa y entretenimiento, aunque la verdad no veo la gracia por ninguna parte de semejantes birrias. Tengo que respetar a quien les sintoniza, aunque me cueste comprenderlo. A pesar de ello no puede menos de exponer un criterio:  para mí algo grave está fallando en un país cuando programas como esos son los de mayor audiencia.