jueves, 9 de noviembre de 2017

6 años

Me he acordado que hoy ya hace 6 años. Como he escrito aquí más veces, fue un 9 noviembre de 2010 cuando un coche me atropelló en un paso de cebra dejándome a las puertas del otro barrio, viendo las barbas a San Pedro, aunque este parece que que no quiso darme de paso.  Muchas horas en una UVI con un techo blanco como único horizonte. Muchas cábalas, pensamientos que se amontonan cuando no hay lugar ni fuerzas para las obras. Pensamientos de un pasado y un presente, pero sobre todo de un futuro. En esa lucha por la supervivencia se disuelven muchos problemas  y aparece de cara solo una realidad muy clara. Sola queda la alternativa,  la ilusión de poder salir adelante. Al final siempre lo mismo: si salgo de esta...

Si salgo de esta cambiaran para mí muchas cosas. Cambiaran las prioridades de mi vida, cambiaran  los afanes y comportamientos, cambiaran los horizontes e ilusiones, cambiaran los proyectos. Sabré diferenciara entre lo importante y lo banal. Lucharé por lo que merece la pena y no me preocupare por el follaje temporal. Sobre todo: viviré, viviré a tope e intentaré que vivan también a tope los demás. Sí, panza arriba, vas proyectando  desde de tu imaginación todos esos deseos en la bóveda blanca del techo y eso te hace más fuerte porque crees que es posible. Es más: tiene que ser posible.

Ta das cuenta que, como decía Galileo lo más importante no son los años que uno ha vivido,  sino los que a uno le quedan por vivir. ¡Cómo exprimiría yo esos años por poquitos que fueran! Sigues dándole a todo vueltas y más vueltas, lo ves todo tan cercano y tan posible que en medio de tanto dolor físico hasta te alegras y aunque te lo tienen que hacer todo porque no puede ni moverte, ya empiezas a hacer tus cálculos de los días, meses que te quedan para empezar esa nueva vida. 

Y así fue, tuve suerte, mucha suerte. Casi un año de baja: hospitales, operaciones, silla de ruedas, consultas... y efectivamente al final podía decir que volvía a vivir. Sí, la vida,  Dios; me habían dado una prórroga y  debería aprovecharla. Tenía que poner en práctica todo lo que durante tantas horas había pensado.

Cierto es que en la forma de ver la vida he cambiado, pero mucho menos de lo que desearía en lo tangible, en los hechos. Uno sigue montado en el tren de la sociedad actual, contaminado por todas partes. Pensabas que iba a ser sencilla la tarea pero te  das cuenta lo difícil que es ir contra corriente además,  es tan fácil dejarse llevar. 
Hoy, como "castigo", me he puesto a escribir todo esto, para recordar mis fallos. Porque hoy quiero seguir pensando que todos, yo también,  podemos cambiar.


1 comentario:

  1. Yo creo que es muy difícil cambiar .... cuando algo nos tropieza en la vida, mientras lo estamos pasando, sí pensamos que después todo cambiará xq en realidad nos lo merecemos, pero es difícil ser de otra manera a como siempre hemos sido.
    Pero no pasa nada, si se va por el mundo sin hacer mal a nadie. No son fallos, es una forma de ser.
    Dolo

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