sábado, 27 de febrero de 2021

Borregos

Se dice que la democracia es el modo mejor, más moderno y participativo para regirse una nación. Dicen que el sistema de partidos es el menos malo para poder gobernar un país en democracia. Dudo que esto último sea cierto, ha de haber una forma mejor, viendo lo que tenemos, o mejor dicho sufrimos. Lo que está claro es que el actual cauce de participación política en la gobernabilidad tiene muchos fallos. Cierto que las personas son al final las que marcan la última pauta y las que hacen que un sistema malo pueda ser mejor o que  uno menos malo pueda ser peor. En España, para nuestra desgracia, tenemos personas que demuestran un día sí y otro también, su incompetencia y falta de escrúpulos  para poner siempre por delante su  partido y sus intereses. 

Tenemos una organización basada en los partidos, en la que hay uno o unos pocos que mandan y los demás aprietan el sí o el no; según las órdenes. Lo más descorazonador ya no es que existan unos cuantos petardos en los primeros cargos de los poderes del Estado,  lo peor es que hay miles y miles de personas que por el hecho de pertenecer o simpatizar con un partido son capaces de comulgar con ruedas de molino, dando siempre la razón a su prebostes, cuando si no son tontos,  saben perfectamente que en muchas ocasiones,  están pretendiendo defender, lo indefendible. 

Se podría entender que quienes tienen un sueldo por un cargo que depende del partido, digan sí a las cosas más peregrinas, más absurdas; para ello ya se encarga el aparato de repartir prebendas a los amiguetes, lo que no comprendo es que  quienes viven de sus trabajos, ajenos al partido; también se avengan a los apaños y opiniones para dar a entender que su partido tiene razón, incluso sabiendo que no es así.

Los que se venden por un sueldo puede que valoren poco su persona.  Los que lo hacen por unas siglas no deben tener mucha personalidad. Es lo que hay en abundancia. Así que con todo esto no es extraño que los impresentables que tenemos en el Gobierno y otras primeras instituciones de la dirección del Estado, traten a sus adeptos como borregos de su rebaño y pretendan, en muchos casos, tomarnos a todos, por idiotas.

Imagen de  MADRIDSECRETO
Decía Séneca: " Importa mucho más lo que pienses de ti mismo, que lo que otros piensen de ti" Sin embargo muchos cambian el sentido de la frase y les importa mucho más lo que piensen los demás. Más si en ello esta en juego, el puestecito y el sueldo. 

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