Baje las manos, nos decían a los
chavalines de 12, 13, 14, años, los directores del colegio donde yo estuve interno.
En la mayoría de los casos sin uno proponérselo estas se iban a proteger la cara cuando se
avecinaba una buena bofetada. Así intentado engañar a nuestras manos protectoras al final acababa la palma "enemiga" castigando nuestro rostro. Esto era algo
muy rutinario y muy normal: por hablar donde no debías, por correr, por llegar
tarde, por una mala nota... La única alternativa que nos quedaba era
acordarnos por lo bajo de su familia y a espabilar para evitar sucesivas.
Dice hoy la prensa que un fiscal
pide un año de cárcel a un padre zaragozano por dar una bofetada a su hija de
16 años. Tenían una discusión en casa porque el progenitor se negaba a pagarle
la reparación de un teléfono móvil. Parece ser que la niña empezó a dar patadas,
portazos, y el padre la propinó el tortazo. El fiscal lo
tipifica como un delito de violencia doméstica y pide un año de cárcel.
Recientemente al juez Elpidio, por meter en la cárcel a
Blesa, expresidente y presunto estafador
de Caja Madrid, la entidad que ha arruinado a millares de familias; le
están buscando las cosquillas de su presente y pasado y hasta el fiscal del caso ha defendido al acusado que han sacado de prisión en
volandas. Algo parecido está ocurriendo con la jueza Olalla Domínguez que lleva
el caso de la trama de los ERES, más de 100 millones "desviados". Hasta ahora parece
que la habían respetado un poco, pero ha imputado a Magdalena Álvarez, exministra
y exconsejera de la Junta, a continuación lógicamente iría Griñan. Amigo mío
eso los socialista parece que no lo pueden soportar, la Valenciano y demás ya a conspirar contra la juez: que si está
emprendiendo una causa contra Chaves y
Griñan, que si es incomprensible que impute a Magdalena...
Con todos estos tejemanejes que
vemos a diario pretenden que creamos en los jueces, en los fiscales, en la
justicia. Pues no; está claro que la justicia no es igual para todos. Siempre
ha habido fallos pero es que son siempre en el mismo sentido y con las mismas
personas. Nunca he sido partidario de la violencia, ni de la bofetada, menos a niños, por más
que recibiera algunas, aunque no de mis padres; pero de ahí a que se pida un
año de cárcel para este hombre de Zaragoza… ¿Y a este fiscal no le buscan las cosquillas
como al juez Elpidio a ver si está loco?
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