miércoles, 3 de julio de 2013

Abajo las manos

Baje las manos, nos decían a los chavalines de 12, 13, 14, años, los directores del colegio donde yo estuve  interno.  En la mayoría de los casos sin uno proponérselo  estas se iban a proteger la cara cuando se avecinaba una buena bofetada.  Así  intentado engañar a nuestras  manos protectoras al final acababa la palma "enemiga" castigando nuestro rostro.  Esto era algo muy rutinario y muy normal: por hablar donde no debías, por correr, por llegar tarde, por una mala nota... La única alternativa que nos quedaba era acordarnos por lo bajo de su familia y a espabilar para evitar sucesivas.

Dice hoy la prensa que un fiscal pide un año de cárcel a un padre zaragozano por dar una bofetada a su hija de 16 años. Tenían una discusión en casa porque el progenitor se negaba a pagarle la reparación de un teléfono móvil. Parece ser que la niña empezó a dar patadas, portazos,  y el  padre la propinó el tortazo. El fiscal lo tipifica como un delito de violencia doméstica y pide un año de cárcel.

Recientemente  al juez Elpidio, por meter en la cárcel a Blesa, expresidente y presunto estafador   de  Caja Madrid, la entidad  que ha arruinado a millares de familias; le están buscando las cosquillas de su presente y pasado  y hasta el fiscal del caso ha defendido al acusado que han sacado de prisión en volandas. Algo parecido está ocurriendo con la jueza Olalla Domínguez que lleva el caso de la trama de los ERES, más de 100 millones "desviados". Hasta ahora parece que la habían respetado un poco, pero ha imputado a Magdalena Álvarez, exministra y exconsejera de la Junta, a continuación lógicamente iría Griñan. Amigo mío eso los socialista parece que no lo pueden soportar, la Valenciano y demás  ya a conspirar contra la juez: que si está emprendiendo una  causa contra Chaves y Griñan, que si es incomprensible que impute a Magdalena...

Con todos estos tejemanejes que vemos a diario pretenden que creamos en los jueces, en los fiscales, en la justicia. Pues no; está claro que la justicia no es igual para todos. Siempre ha habido fallos pero es que son siempre en el mismo sentido y con las mismas personas. Nunca he sido partidario de la violencia, ni de la bofetada, menos a niños, por más que recibiera algunas, aunque no de mis padres; pero de ahí a que se pida un año de cárcel para este hombre de Zaragoza…  ¿Y a este fiscal no le buscan las cosquillas como al  juez Elpidio a ver si está loco?

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