Había un señor en mi pueblo que
cuando los chavales estábamos mangando alguna gansada: apuntar con el tirachinas a los nidos de golondrina, tirar
cantos a las pozas, lanzar las pelotas
de goma contra las puertas de las casas… Siempre que nos veía en estas y otras situaciones poco edificantes ya
desde lejos se oía su fuerte voz para decir siempre lo mismo: ¡Hay si voy! Una
pausa y a continuación remataba la
frase: ¡Pero como no voy!
Llevamos unos días en que el gobierno con su Presidente el primero, nos
intentaron comer el coco diciendo que los datos del paro del mes de agosto iban
a ser no buenos sino excelentes. Esta
mañana en los informativos de radio los locutores nos precavían del
acontecimiento diciendo que faltaban dos horas para conocerlo, así que servidor
en ascuas por saber la cifra, en cuanto pasó el minutaje buscó por
confidenciales a ver tan grata noticia. Efectivamente a las dos horas apareció:
el paro había descendido en 31 personas en el mes de agosto. Debe haber una
confusión, pensé yo. Pero no, no la había, como para justificar lo bueno de la
noticia apuntaban que en el mes de agosto desde el 2000 siempre se había perdido empleo.
Puede que para los entendidos en economía y empleo
esta sea de verdad una muy buena noticia,
pero la mayoría de la gente después de que el gobierno nos ilusionó con "datos
excelentes" , no esperaba que la celebérrima fuera
que se habían creado 31 puestos de trabajo sino más bien miles, muchos
miles. ¡Qué será que cuando hablan los políticos hasta cuando según ellos dicen la verdad
como puede que fuera en este caso, se puede decir que mienten!
Tendremos que convenir en que
cuando habla un político habrá que hacerle como al señor de mi pueblo: ¡Hay si
voy! ¡Hay si fuera verdad! ¡Pero como no voy! Pero como es mentira! Es decir; ni p. caso.
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