lunes, 30 de septiembre de 2013

Todo por la audiencia

Una semana  hace de la muerte de la niña Asunta. Comentada la noticia hasta la saciedad en todos los medios informativos todos los días, el sábado llegó al culmen: los programas de mayor audiencia de la TV en prime time estuvieron como buitres  rondando alrededor de la carnaza. Allí estaban los tertulianos de postín, los especialistas de fama, los opinadores de todo,  para compungirse y arremeter durante más de dos horas contra todo lo que se moviera alrededor de la niña. Convirtieron el estudio en una sala de autopsia y con la niña puesta encima de la mesa de debate se dedicaron como grajos a picotear en los pensamientos y sentimientos más ocultos para sacar sus sesudas conclusiones y sobre todo, y esto es lo triste del caso, para subir la audiencia.

Una cosa es la noticia y el comentario equilibrado y otra muy diferente el regodeo y manoseo por TV  de la muerte de la niña, con sus picos afilados penetrando en su espíritu  desde su púlpitos de personas honorables que parecían sentirse agraviados por la condición humana. ¿Pero no eran estos los que hablaban hace nada del respeto por los niños?  ¿Se preguntaron alguna vez si no estaban removiendo demasiado las entrañas? ¡Qué país! Está prohibido sacar por TV la imagen de un menor pero se puede elucubrar durante horas sin respeto alguno en su vida.

Y todos estos,  ¡qué!
Según UNICEF 19000  niños mueren al día por causas evitables.  Acción contra el Hambre habla de 10000 pequeños que fallecen diariamente por falta de alimentos,  uno cada 9 segundos. Creo que esto sí que merecería, merece horas y horas, programas y programas y también un ejemplo de los tertulianos, que sin "ofenderse", podrían donar, al menos, sus honorarios del día para esta causa. A los niños vivos sí que les podrían ayudar y mucho, a los muertos mejor que les dejen en paz.  Claro, pero esto no tiene, no tendría  tanta audiencia. ¡Qué pena!

1 comentario:

  1. Hola Ceferino.

    El objetivo de los medios de comunicación es conseguir audiencia, con el único fin de conseguir más y más dinero. No importa el camino, sólo ese fin.

    La audiencia se estremece con la misma facilidad con la que olvida las malas noticias. El consumidor de éste tipo de programas tiene que saber que hay otras opciones... pero no estoy seguro de que quiera cambiar.

    Muy buen post Cefe.

    Saludos,

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