martes, 17 de diciembre de 2013

El espíritu navideño

La Navidad está a la vuelta, todo el mundo se felicita, habla, y siente inmerso en ella,  ya empieza a hacerse notar la presencia del espíritu navideño. El niño pensó que mejor incluso que su profesora, su padre resolvería su duda.

—Papá ¿Qué es el espíritu navideño?
—¿Por qué me preguntas eso, hijo?
—En el cole la profe nos ha dicho que hay que vivir  con el espíritu navideño.
—Veras, el espíritu navideños es… bueno como su nombre indica no se ve, es un espíritu. Es algo así como unos polvos mágicos que durante las fiestas de Navidad una legión de ángeles  van repartiendo todos los días de madrugada por el aire y que al respirarlo nosotros nos hace ser mejores.
—¿Es verdad que  cada mañana los ángeles madrugan para repartir esos polvos mágicos?
Belenes, árboles, magia...
—Bueno, los ángeles,  los villancicos, los belenes, los árboles de Navidad; es todo un conjunto de cosas que se unen en estas fechas y que nos hace verlo todo mejor. Los mayores, a veces, pensamos que hay mucho de comercio en todo esto,  pero es como si nos volviéramos un poquito niños, porque también llevamos mucho de ese niño que fuimos un día. Y a todos el corazón se nos alegra al oír los villancicos, los sentimientos se ponen a flor de piel al ver un Belén con el niño Jesús, María, José, los árboles adornados e iluminados también iluminan por dentro nuestro ser;  todo nos va envolviendo como en una cálida capa de amor esperanza e ilusión, ardemos en deseos de querer a todos, de felicitar a todos, hasta los que ni siquiera conocemos.
—Ya papá, pero entonces por qué en navidad hay enfermos, mendigos, gente sin casa, guerras… 
El padre que hasta ahora iba imaginando su relato ilusionado se sintió atrapado y no sabía que contestar,  bajo la cabeza para que el niño no adivinara su dolor y…
—Bueno hijo yo tampoco entiendo eso muy bien, pero  lo que si pienso es que aprovechando el espíritu navideño podremos ayudar más al pobre, querer y estar más al lado de los que están mal, dar posada y cama al que no tiene donde descansar, también deberían dialogar y amarse  más los que están en guerra para no enfrentarse nunca.
—Papá que  me estás liando con todo esto que me dices.
—Mira, hijo mío, no te hagas ningún lío, resumiendo: el espíritu navideño tiene mucho de alegría, esperanza, ilusión;  pero  sobre todo, magia, mucha magia y tú ya sabes la magia, no se puede explicar.



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