miércoles, 23 de julio de 2014

Todo no debería valer

Era el día mayor de fiesta en Garrafe de Torio, la discoteca estaba a tope, con gran despliegue de luz y sonido, esto hacía que los perros de Paco, que vivía allí al lado, estuvieran nerviosos y sobresaltados.  Como pasaba el tiempo y aquello cada vez iba a más, Paco defensor acérrimo de los animales, conocedor de que más allá de las doce ese ruido no era legal, llamó a la guardia civil, que se presentó de inmediato, más para convencer al denunciante
Toda la noche de borrachera. Periodista digital.
para que aguantase que para atender su denuncia, pero como este insistía amparándose en la ley,  no les quedó más remedio que parar la música. Grandes protesta e insultos, cuando se enteraron del por qué,  se formaron grupos para linchar a Paco que  amparado por la guardia civil, se puso a buen recaudo en su casa.

Siempre con la llegada del verano surge el problema: gente  que quiere divertirse y gente que ha ciertas horas quiere descansar. Pasa con las fiestas de cualquier pueblo o ciudad y es más acentuado en ciertos sitios de la Costa Brava, como Lloret de Mar, donde un turismo de jóvenes extranjeros, especialmente ingleses,  pasan las horas  bebiendo,  con borracheras, discotecas, ruido y jolgorio toda la noche.

Dos derechos que se enfrentan: derecho a divertirse y derecho a descansar.  Lo que ocurre es que el que el que descansa no molesta a nadie pero el que se divierte,  en ocasiones, sí que molesta y mucho. Se quejan, con razón, vecinos de esas  ciudades costeras, de pasar las noches en vela y tenerse que levantar temprano para ir a trabajar, y no cabe duda que  tienen razón.  Además aquí  se mete el interés económico por el medio: discotecas,  bares… aseguran que tiene que ser así para que no caiga la economía de estos pueblos.

Como casi siempre será bueno contar con la ley pero más aún con la razón. Las fiestas de los pueblos son dos o tres días al año, y parece lógico que algunos "soporten" el ruido. No vamos a mandar cortar en seco, como Paco, aunque también es verdad que a partir de ciertas horas  estaría muy bien que bajaran los decibelios de orquestas y discotecas, sobre todo por respeto a enfermos y ancianos.

Lo de las ciudades  costeras que se pasan días y  días con esas noches para algunos infernales, es ya otro tema.  Puede haber mucho dinero por medio pero no es justo ese sufrimiento  continuo a tantas gentes.  Por otra parte no parece muy moral lucrarse a base de degeneración y borracheras, debe haber alguna otra solución. No todo vale.



1 comentario:

  1. Hola Ceferino

    ¿No me diga usted que se prodigaba en las fiestas del Torio? Deseo escuchar sus aventuras.

    Un abrazo

    ResponderEliminar