Jaime Botín Sanz, hermano de Emilio
Botín, Presidente del Banco de Santander hasta su muerte ayer de un infarto,
escribe en El País, que a Emilio "no le importaba nada el dinero aunque nació
con el talento para multiplicarlo". Con una fortuna de más de 1000 millones de
euros y un sueldo de 1,3 millones brutos al año, además de otros emolumentos,
hay quien no entiende eso que dice su
hermano, de que no le interesaba el
dinero.
Así tomado al pie de la letra puede resultar contradictorio
pero se puede interpretar de muchas maneras:
1.- No le interesaba "ya" el dinero porque sabía que las cosas que se pueden comprar con dinero las tenía a su alcance a la vez que se daba cuenta de la impotencia, aún con su millonada, para conseguir tantas otras, como la salud, la felicidad, el amor, la vida... aunque a veces pueda ayudar.
2.- A lo mejor, no le interesaba el dinero a título personal, pero era Presidente del primer grupo bancario de Europa, las herramientas de los bancos son el dinero, por su prestigio y el de la entidad que presidia no le quedaba más remedio que amontonar para mayor rentabilidad, la mayor cantidad.
3.- Su padre, que también se llamaba Emilio fue ya Presidente del Santander, por ello el dinero ya le debió de asediar desde la más tierna infancia y era bueno para participar en el progreso de sus accionistas, de sus empleados, de su Santander natural, de su país.
4.-También pudiera ser que no le importaba de un tiempo para acá. Falleció con 78 años, con esa edad y siendo muy inteligente, que lo era, sentir ya cierto desdén por el dinero, aunque este sea como una droga, se puede comprender.
5.- Al final, se puede argumentar como conclusión final, que solo se puede amontonar esa fortuna siendo el dinero su principal y casi única prioridad, a costa de arrinconar otros principios, aunque hoy con su muerte no está de más pensar también en otras opciones como, las cuatro anteriores.
1.- No le interesaba "ya" el dinero porque sabía que las cosas que se pueden comprar con dinero las tenía a su alcance a la vez que se daba cuenta de la impotencia, aún con su millonada, para conseguir tantas otras, como la salud, la felicidad, el amor, la vida... aunque a veces pueda ayudar.
2.- A lo mejor, no le interesaba el dinero a título personal, pero era Presidente del primer grupo bancario de Europa, las herramientas de los bancos son el dinero, por su prestigio y el de la entidad que presidia no le quedaba más remedio que amontonar para mayor rentabilidad, la mayor cantidad.
3.- Su padre, que también se llamaba Emilio fue ya Presidente del Santander, por ello el dinero ya le debió de asediar desde la más tierna infancia y era bueno para participar en el progreso de sus accionistas, de sus empleados, de su Santander natural, de su país.
4.-También pudiera ser que no le importaba de un tiempo para acá. Falleció con 78 años, con esa edad y siendo muy inteligente, que lo era, sentir ya cierto desdén por el dinero, aunque este sea como una droga, se puede comprender.
5.- Al final, se puede argumentar como conclusión final, que solo se puede amontonar esa fortuna siendo el dinero su principal y casi única prioridad, a costa de arrinconar otros principios, aunque hoy con su muerte no está de más pensar también en otras opciones como, las cuatro anteriores.
No recuerdo donde leí que nos pasamos gran parte de la vida intentando alcanzar riquezas, que después en muchas
ocasiones tenemos que gastar para, en lo posible, reparar las enfermedades y destrozos
que en nuestra existencia aparecen por poner el dinero como fin principal; a la vez que vamos
perdiendo en el tiempo la oportunidad de vivir y disfrutar tantas ocasiones y
cosas satisfactorias y hermosas que la
vida nos ofrece gratuitas dejándolas escapar.
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