Proverbio chino:
la tontería se sitúa siempre en primera fila para ser vista. La inteligencia,
por el contrario, se sitúa detrás para observar. Leo en el periódico que ayer
el Secretario General del PSOE Pedro Sánchez tuvo un día ajetreado en
televisión: primero llamó al programa Sálvame para opinar sobre el
famoso toro de la Vega de Tordesillas que había sido el día anterior y
después por la noche fue el invitado del Hormiguero de Antena 3.
El señor Sánchez
tiene todo el derecho, como cualquiera, a opinar y comparecer como quiera, pero
debería también en consonancia y responsabilidad con su cargo pensar donde y
cuando lo debe hacer. El día siguiente de los incidentes que hubo en
Tordesillas donde la batalla de piedras entre detractores y aficionados hizo
que la Cruz Roja atendiera a más de treinta personas, no creo que fuera el
ideal para hablar del tema y calmar los ánimos. Tampoco el programa Sálvame,
donde los insultos y la bazofia son ingredientes principales, un
auténtico programa basura, parece el lugar adecuado para que se exprese
el líder de la oposición y aspirante a Presidente del Gobierno. Cosa distinta
es su aparición en el Hormiguero de A 3, que cuando menos es un programa que se
puede ver.
Lo cierto es que
los políticos con frecuencia, con tal de arañar fama y votos, se
venden a lo que haga falta. Ya sabemos que la popularidad es necesaria para
ganar unas elecciones, pero como todo debería tener su límite. Menos palabrería
barata y más trabajar, que les hemos puesto ahí para que solucionen
nuestros problemas no para fardar con promesas en los medios y después, en
muchos casos, por no decir en la mayoría; hacer lo que les parece.
No se pretende
llamar tonto a nadie, pero parece cierto lo que dice el proverbio, para ver,
para enterarse, no es necesario estar en primera fila dando la
nota, más bien lo inteligente aconseja observar tranquilamente desde más
atrás. Menos sermonear y más trabajar.
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