La señora
llevaba toda la mañana recibiendo llamadas telefónicas preguntando por su yerno
Pedro. No está, no está; contestaba con insistencia. Según parece tampoco las
relaciones entre ambos eran muy cordiales así que estaba ya hasta el moño
cuando recibió otra llamada:
— ¿Esta
Pedro? —Le preguntaron de nuevo.
— ¡Que
pasa tanto Pedro, Pedro, Pedro! ¡Piedra, piedra, piedra! ¡Mierda, mierda mierda!
—Y colgó con un telefonazo.
En unos
meses la formación Podemos ha pasado de ser un grupo de cuatro amiguetes de facultad, a un partido
que en las últimas elecciones europeas
tuvo 5 diputados con un porcentaje de votos del 8% y que hoy mismo el barómetro del CIS sitúa en un 22,5 %
de intención de voto pisándoles los talones al PSOE que obtiene un 23.9 y al PP
con un 28%. Incluso algunas de las últimas encuestas les dan mejores resultados,
como la de Metroscopia para el periódico
el País de hace unos días que daba al nuevo partido como virtual ganador de
unas elecciones ahora.
La verdad
es que han sabido muy bien estos de Podemos vender la burra: primero desde
Intereconeomía y 13 TV precisamente las que ahora más les critican, (como si no se
hubieran enterado hasta ahora de lo que son esos personajes) después desde la Cuatro y la Sexta donde
parece que fueran tertulianos de plantilla.
"La cara oculta de Pablo Iglesias", se titula el libro de Enrique Riobóo director del Canal 33 y el hombre que puso al de la coleta en el trampolín mediático con el programa "La tuerca". En dicho libro el autor dice que es una persona muy inteligente pero amoral, que tiene una cara oculta que no conocemos.
"La cara oculta de Pablo Iglesias", se titula el libro de Enrique Riobóo director del Canal 33 y el hombre que puso al de la coleta en el trampolín mediático con el programa "La tuerca". En dicho libro el autor dice que es una persona muy inteligente pero amoral, que tiene una cara oculta que no conocemos.
Veo a
veces tertulias en TV, aunque cada vez menos porque son siempre lo mismo y los mismos y llegan a aburrirme. En ellas salen los señores Iglesias,
Monedero, Erejon, siempre igual: populismo a raudales, chorradas de buenas intenciones, mienten muy bien, pseudo-comunistas, totalitarios, que nos hundirían en la miseria en cuatro días, como los países que admiran:
Venezuela o Cuba. Cuando les preguntan los contertulios por sus subvenciones de
Chávez y Maduro o les invitan a que condenen a ETA, las evasivas y desfigurar la realidad es
siempre la respuesta que dan.
Se
comprende perfectamente la ira ciudadana especialmente contra PP y PSOE con
tanta corrupción e injustica. Vivimos en democracia, todo mundo tiene derecho a
votar a quien estime oportuno, también, aún a riesgo de estar equivocado, uno
tiene derecho a expresar su opinión, por
eso pienso y digo que votar mayoritariamente a Podemos sería un suicidio para
España y los españoles. Hay otros partidos, como por ejemplo Ciudadanos, con un
líder que, por ahora, creo que es todo
un lujo como político y como persona. Como la suegra con su yerno yo estoy muy
harto de tanto ¡Podemos, Podemos, Podemos! ¡Mentimos, mentimos, mentimos! ¡No les votemos!
Parodiando el Catecismo del P. Gaspar Astete, que estudiarías en su día: "Pregunta: ¿Qué es la fobia a todo lo que huela a NO NACIONALCATOLICISMO?. Respuesta: Es la ausencia de pensamiento crítico y analítico de lo que hacen LOS BUENOS; (QUE SOMOS NOSOTROS)".
ResponderEliminarEn el siglo XXI parece conveniente olvidarse de Pio IX y escuchar con gran atención a FRANCISCO. O bien: Abstraerse in mente y escenificar la visita del Jesús de verdad (no esa imagen amanerada, repulida, vestida de oropeles y coronas que ha sido entronizada por los profesionales del altar), si no el que se definió a si mismo como: ... los pájaros tienen sus nidos donde cobijarse y las raposas sus guaridas; pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza. y considerar en compañía de quién lo verías. Ya las fuerzas vivas le acusaron de sus compañías: los publicanos, los pecadores, las prostitutas..., porque claro, los BUENOS eran la gente de orden. Hay que releer frecuentemente el evangelio. Y mejor si no tiene comentarios (interesados) de "exégetas"; a palo seco y que te hable directamente sin esas cortapisa.
!Vaya sermón que me ha caído! Pero si yo solo daba mi opinión sobre un tema concreto... No entiendo. Acepto todas las opiniones por críticas que sean, siempre se aprende algo de ellas.
EliminarYo no estudie al Padre Astete. Gracias de todas formas.
Me perdonarás por ser anónimo; por hablarte del Padre Astete, (que era el de la "doctrina" de aquel Don Ramón del que oí hablar), y que me preocupe de las causas de esa forma de pensar políticamente anclada en esa negra época de simbiosis entre el Poder y un catolicismo mas ausente de creyentes que de crédulos, y que tan arraigado os quedó. Mi afán por mostrar el Evangelio sin "interpretaciones" politico-religiosas, sino como aplicación a la propia vida diaria, es la causa de mis reflexiones... forzado a silenciarme de una forma u otra. Perdona, pues acaso "los sermones" no los debiera dirigir a ti; pero si lo hago es tal vez por saber que eres realmente inteligente y te mueves en una ideología muy por debajo de tu valía. Sinceros abrazos.
ResponderEliminarHola, creo saber quien eres. Has estado cerca en dos etapas importantes de mi vida. Respeto tu anonimato, no lo voy a descubrir,además no estoy seguro. De cualquier forma, gracias. A mandar, pero no mucho.
EliminarLO QUE ACASO HAY DETRÁS DELA DEMONIZACIÓN A PODEMOS
ResponderEliminar(Lee cuidadosamente esto y mírate críticamente tus razones)
HOMO HISPANICUS: EL MITO Y LA REALIDAD
Hasta fecha muy reciente, la casi totalidad de nuestros historiadores consideraban
la Península Ibérica como un espacio abstracto, habitado, desde sus orígenes más
remotos, por unos pobladores que, dos mil años antes de la existencia histórica de
España, milagrosamente, eran ya «españoles»: tartesios, íberos, celtas, celtíberos.
Cuando fenicios, griegos, cartagineses y romanos desembarcan en ella, los
invasores tropiezan con la obstinada resistencia de los autóctonos (Sagunto,
Numancia) antes de españolizarse a su vez y devenir, sucesivamente, «españoles»:
así, para Menéndez Pidal, Séneca y Marcial eran escritores españoles y Ortega y
Gasset nos habla del «sevillano» emperador Trajano. De este modo, España habría
recibido, como el cauce de un río, el aporte de diferentes corrientes humanas que,
siglo tras siglo, habrían engrosado y enriquecido su primitivo caudal, desde los
fenicios a los visigodos. Cuando estos últimos sucumben ante los invasores
africanos, la destrucción de su reino es ya la destrucción de España.
Consecuentemente, la Reconquista iniciada a partir del siglo VIII en las montañas
astures es, ab ovo, la resistencia de España.
Curiosamente, esta absurda ficción ha obtenido durante siglos la unánime
aceptación de los españoles. Mientras los franceses no consideran como tales a los
antiguos habitantes de la Galia, ni los italianos juzgan italianos a los romanos o a
los etruscos, para los españoles no cabe la menor duda de que Sagunto y
Numancia son gestas suyas (claro precedente, dirán, de la resistencia nacional a
Napoleón), del mismo modo que Séneca era «andaluz» y «aragonés» Marcial, como
si el perfil actual de los españoles no fuese un hecho de civilización y cultura, sino
una «esencia» previa que hubiera marcado con su sello a los sucesivos moradores,
paisanos nuestros ya quinientos años antes del nacimiento de Cristo. A decir
verdad, la búsqueda de un linaje histórico glorioso por parte de nuestros
historiadores recuerda a la de ciertos hombres de negocios sospechosamente
enriquecidos que, para hacer olvidar los orígenes turbios de su fortuna, se fabrican
una genealogía que remonta a la época de las Cruzadas. Este afán de magnificar
nuestros orígenes coincide, en efecto, con el secreto deseo de borrar una afrenta:
la continuidad española, mantenida de tartesios e íberos hasta nuestros días,
sufre, misteriosamente, una interrupción. Cuando el ejército visigodo de don
Rodrigo es derrotado en el Guadalete por las huestes de Tariq y de Muza, los
invasores árabes no son ni devendrán nunca españoles a pesar de haber
permanecido sin interrupción en la Península por espacio de ocho siglos. Con la
toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492 se cierra un largo paréntesis de
la historia de España: la casi simultánea expulsión de los judíos no conversos y la
que operará con los moriscos en 1610 en aras de la unidad religiosa de los
españoles equivalen, según el criterio oficial, a la eliminación del corpus del país de
dos comunidades extrañas que, no obstante la dilatada convivencia con la cristiana
vencedora, no se españolizaron jamás (a diferencia de los fenicios, griegos,
cartagineses, romanos y visigodos). Desembarazada de moros y judíos, España
recupera su identidad, deviene de nuevo España.
(¿Muy extenso?. Bueno, pensar es vivir.)
No entiendo la relación de este texto con mi post. Respeto al señor Goytisolo, pero poco más. Me gustaría que en vez de cortar y pegar te mojaras por ti mismo. No obstante te agradezco mucho que entres y participes en este blog.
EliminarUn cordial saludo.
¡Eres bueno!, ¡¡muy bueno!!. Sobre la relación.... ¿no es Podemos el "diferente""?. ¿Le expulsamos también?. ¿Que se exhiban los "cristianos viejos" (o fósiles) y echemos a la pira al "hereje"?. Y un blog admite conversar sobre las múltiple facetas a considerar sobre ideas, siempre que sean respetuosas. Por eso me gusta tu blog. Y mañana, cuando nos crucemos probablemente, tendrás mi sincero aprecio.
ResponderEliminarHola de nuevo, te invito, si no lo has hecho, a que leas mi post de la otra semana: "Bienvenidas las críticas". Gracias.
ResponderEliminarSaludos cordiales.