martes, 27 de enero de 2015

Tachones en el calendario

Hay un compañero que según llega por  la mañana al trabajo lo primero que hace es tachar en su calendario de mesa  la fecha del día anterior haciendo una gran cruz con su rotulador negro. Por incordiar un poco,  le pregunté:  
—Oye,  por qué haces eso, ¿para saber el día en que estamos?  —Me echo una mirada un tanto sorprendido y contrariado, cómo advirtiendo mi guasa.      
 —Es verdad hay momentos que casi no sabe uno ni en qué día está pero no es por eso,  es sencillamente por borrar  un día más de curro.  —Me contestó.   
 —Es que los tachas y emborronas de una forma  como si te hiciera daño  verlos, recordarlos.   
—No, tú sabes que no es así,  una manía como otra cualquiera.   

Recuerdo la canción de Karina que dice: "hay días buenos y hay días malos y hay días que hace sol…" Sí, de  todo hay en la vida. Pensando un poco en lo que hace el compañero,  se me ocurre que no se puede tratar a todos los días por igual, no podemos tachar, poner la cruz, a todos de la misma  manera. Hay días  que merecen la pena ser recordados por su transcendencia para nuestra existencia, otros por nuestro hacer o sacrificio, otros por todo lo que nos rodeó y los que nos acompañaron en aquellas jornadas,  otros por haber sido joviales, también otros, demasiados en la mayoría de los casos,  por sus tristes  connotaciones. Haberlos hay hasta los que ciertamente apenas merece la pena que queden, ni siquiera para el recuerdo, por no haber hecho nada  sino simplemente vivir, o mejor vegetar.  

Mi compañero, ya que dispone de rotuladores de muchos colores, quizá debería  tachar cada día de un color de acuerdo a  como lo ha vivido. No tengo claro que color debe usar en cada caso, bueno solo en el caso de  esos días aciagos en que despreciamos nuestra existencia sin apenas aprovechar nuestro tiempo y nuestras facultades, esos sí  que les podría seguir tachando con el rotulador negro. Tendré que sugerírselo.

No es justo juzgar un día por el triunfo o fracaso que depara, ni por el sufrimiento o dolor que padecemos, sino por la dedicación, entrega, sacrificio y saber estar en cada ocasión: cuando toca trabajar y cuando toca descansar,  cuando hay que reír y cuando hay que llorar, que sufrir. No confió en que mi compañero me haga caso pero  si lo hiciera: ¡Ojalá que en su calendario hubiera pocos tachones negros!



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