El pasado
viernes acudí al pueblo de referencia a
la presentación del libro de Tasio y Montse: "Villimer un paseo por sus tradiciones".
Una presentación aparentemente sencilla pero muy bien hecha por un
catedrático de literatura, para finalizar con un ágape muy bueno y
generoso, no un simple tapeo como suele ocurrir en estos casos. Bueno, cuando lo comentaba en mi pueblo, más de uno
aunque pase de cultura, me
recriminaba de no haberle avisado con tiempo.
Hace unos años
Tasio creó la página "Villimer Web". Me
pareció muy buena y cogí mi primera idea para
intentar algo parecido, así que Tasio es
el primer culpable de que se me ocurriera crear este blog. De
repente la página desapareció, a mí me
extraño mucho, pero ahora lo entiendo: estaba trabajando para hacer algo
mucho mejor, escribir este libro.
Soy de Palazuelo
pero mi segundo pueblo es Villimer de donde era mi madre. Tasio es de Villimer
pero yo creo que Palazuelo podría ser su segundo pueblo. En mi pueblo su padre
trabajaba tierras y nuestras vidas
subidos en carros con pernillas o zarzos
se cruzaron más de una vez cuando intercambiábamos los pueblos para hacer las labores del campo. No es que
haya tenido con él mucho trato pero a
diferencia de otros con los que puedes alternar
y hablar con frecuencia y que son presuntamente amigos aunque a la hora de la verdad sabes que no pasan de conocidos, con Tasio es al contrario: un conocido
catalogado como buen amigo.
Pero, como decía Umbral, yo estoy aquí para hablar
un poco de su libro. Para mí
tienen una cosa mala libros como este y es que me pongo a leerlos y me pasa
como cuando de adolescente caía un
pastel en mis manos: me le zampaba de cuatro bocados sin apenas
degustarlo. Pues con este libro me ha pasado algo parecido: me ha apasionado, gustado desde la primera
página y me lo he devorado sin apenas saborearlo. Tengo el consuelo de que, a
diferencia de los pasteles, el libro lo puedo volver a leer y claro que lo haré. Algunos ya me lo han
pedido y aunque no se lo haya negado ya les
he sugerido que en las librerías hay
más.
En el libro se
ve una exquisitez, una delicadeza, un
trabajo duro y concienzudo, por más que Tasio intente disimularlo diciendo que
las palabras a veces salen a borbotones.
Claro sí a veces, pero tú sabes
perfectamente que en la mayoría de los
casos la inspiración es cuestión de eso: de dedicación y trabajo. Se adivina en este libro al alfarero Tasio
remodelando cada frase cada párrafo, cada vocablo para ponérselo al lector con los mejores aromas e
ingredientes pero muy fácil de digerir en cualquier caso. Se
ve su espíritu volando por entre los
plantíos del río Porma, la robleda y
encinares del monte, los linares y sotos
del valle, la aspereza de la cuesta, la noche y el día del pueblo, la vida de sus gentes. Pero sobre todo se palpa su amor, su gran amor por su pueblo. Así que a quien
quiera conocer las tradiciones, el sentir y el vivir de los
últimos 50 años de Villimer y de toda la comarca, encarecidamente se lo recomiendo.
Se acababa el libro y me decía: cómo es posible
que no haya nombrado a D. Favio, casi al
final lo encontré. Has sido injusto Tasio: me citas a mí en el libro, con unos
adjetivos excesivamente exagerados y apenas te acuerdas de D. Favio. Yo me conformo con ser un humilde y torpe aprendiz tuyo. Gracias de todas formas.
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