Creo que entendió muy bien mi
mensaje, no era mi intención, ni mucho
menos, despreciar su trabajo, todo lo contrario, era por ello digna de elogio ya que lo hacía
muy bien, con mucha elocuencia, pero a mí me pareció que no iba conmigo y lo
tomé a guasa, creo que los dos lo comprendimos y nos reímos un poco como de
nosotros mismos.
Siempre la publicidad ha sido
importante para dar a conocer y vender los productos, hoy en
este mundo globalizado de Internet mucho
más. Hay que competir con los demás,
hacer o fabricar un producto una vez que
se tienen los medios puede ser una rutina, pero comercializarle, hacerle dinero,
eso con frecuencia es lo más difícil. La publicidad siempre es exagerada, es
lógico. La hay más o menos sería: desde la que te ofrece un producto por sus
cualidades demostradas, a la que te hace
con una novia por llevar un perfume, o la que te transporta a lugares de
ensueño si compras sus loterías.
Publicidad de productos que
llevan años diciendo: últimos días de la oferta y de otros que aseguran a
diario que solo para los 50 o 100 primeros será su fantástico precio. Hay que tomárselo un poco a broma. Publicidad en prensa,
radio, TV, estática, también publicidad
de buzoneo, que por cierto en muchos pórtales dicen que no admiten. Muchas veces me encuentro el buzón
lleno de papeles y pienso que como todos hagan tanto caso como yo
pierden tiempo y dinero. De todas formas,
es que parece que ya todo nos molestara, todo mundo tiene que vivir, también
los encargados del buzoneo.
Hay publicidad inteligente y
simpática que gusta verla y oírla y
también ñoña, repelente y aburrida que
no hay quien aguante y que hace a uno cambiar de canal o de dial, aunque
ya sabemos que sobre gustos no hay nada escrito, habría que tener muy mal gusto para no saber
valorarla, aunque no interese, cuando viene
transportada por una persona tan
competente como la cajera de Mercadona.
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