viernes, 20 de marzo de 2015

La subida del aceite y el bote de la primitiva


Ayer  entré en Mercadona por unas maquinillas de afeitar, estaba pagando en caja para salir cuando la cajera en un tono  armónico y melodioso me dijo: Mañana subirá el precio de nuestro aceite debido a la subida de precios de materias primas y el encarecimiento del proceso de  fabricación.  Iba a darle las gracias pero, tal vez porque la información  no me pareció nada relevante para mí,  mientras recogía la vuelta le dije: que sepas que esta semana en la primitiva hay bote. La chica se me quedó mirando muy seria, yo me dirigí a la salida pero no pude evitar volver la vista; la cajera me ojeaba  pero ahora en su cara se dibujaba una sonrisa.

Creo que entendió muy bien mi mensaje,  no era mi intención, ni mucho menos,  despreciar su trabajo,  todo lo contrario,  era por ello digna de elogio ya que lo hacía muy bien,  con mucha elocuencia, pero a mí me pareció que no iba conmigo y lo tomé a guasa, creo que los dos lo comprendimos y nos reímos un poco como de nosotros mismos.

Siempre la publicidad ha sido importante para dar a conocer y vender los productos,  hoy  en este mundo globalizado de  Internet mucho más.  Hay que competir con los demás, hacer o fabricar un producto una vez que se tienen los medios puede ser una rutina, pero comercializarle, hacerle dinero, eso con frecuencia es lo más difícil. La publicidad siempre es exagerada, es lógico. La hay más o menos sería: desde la que te ofrece un producto por sus cualidades demostradas,  a la que te hace con una novia por llevar un perfume, o la que te transporta a lugares de ensueño si compras sus loterías.

Publicidad de productos que llevan años diciendo: últimos días de la oferta y de otros que aseguran a diario que solo para los 50 o 100 primeros será su fantástico precio. Hay que tomárselo un poco a broma. Publicidad en prensa, radio, TV, estática, también publicidad de buzoneo, que por cierto  en muchos pórtales  dicen que no admiten. Muchas veces me encuentro el buzón lleno de papeles y pienso que como todos hagan tanto caso como  yo pierden tiempo y dinero.  De todas formas, es que parece que ya todo nos molestara, todo mundo tiene que vivir, también los encargados del buzoneo.

Hay publicidad inteligente y simpática que gusta verla y oírla  y también ñoña, repelente  y aburrida que no hay quien  aguante y que  hace a uno cambiar de canal o de dial, aunque ya sabemos que sobre gustos no hay nada escrito, habría que tener muy mal gusto para no saber valorarla, aunque no interese, cuando viene transportada por una persona  tan competente como la cajera de Mercadona.

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