Sigo hablando de la mili. Como he dicho en mi anterior
post, servidor hizo la mili en Valladolid, en Artillería 26. Las mañanas se
pasaban con la instrucción, apuntando a los aviones de mentiras y moviendo
piezas de un lado para otro. Por la tarde teníamos dos horas de teórica en el
hogar donde nos hablaban de temas relacionados
con la milicia y la vida misma.
Los artilleros soldados hacían muchos servicios, me hice cabo para hacer menos guardias, pero casi todos los cabos eran de Valladolid y tenían pase pernota, así que muchas tardes era el único que estaba en dichas teóricas. Había unos cuantos soldados que por no tener el certificado de estudios primarios debían de ir en el regimiento a la "escuela".
Estábamos escuchando los "sermones", acababa una primera parte y de repente el sargento (que presumía de culto) se dirigía hacia mí con voz fuerte, de mando y me decía: ¡A ver cabo, lleve a los alfabetos a la escuela! Se oían murmullos de los aludidos con descalificativos gruesos hacía el sargento. Salíamos para el patio, yo les formaba y caminaba delante, cuando llegaba al lugar de las clases me daba cuenta que más de la mitad se habían escaqueado por el camino, pero eso ya no era "problema mío".
Los artilleros soldados hacían muchos servicios, me hice cabo para hacer menos guardias, pero casi todos los cabos eran de Valladolid y tenían pase pernota, así que muchas tardes era el único que estaba en dichas teóricas. Había unos cuantos soldados que por no tener el certificado de estudios primarios debían de ir en el regimiento a la "escuela".
Estábamos escuchando los "sermones", acababa una primera parte y de repente el sargento (que presumía de culto) se dirigía hacia mí con voz fuerte, de mando y me decía: ¡A ver cabo, lleve a los alfabetos a la escuela! Se oían murmullos de los aludidos con descalificativos gruesos hacía el sargento. Salíamos para el patio, yo les formaba y caminaba delante, cuando llegaba al lugar de las clases me daba cuenta que más de la mitad se habían escaqueado por el camino, pero eso ya no era "problema mío".
En las elecciones andaluzas el
partido de Rosa Diez UPyD sufrió un descalabro mayúsculo, sacó 76000 votos pero
no logró ningún escaño y los que hasta hace dos días
parecían estar a muerte con su Presidenta ahora no ven buenas perspectivas y tratan como las ratas de salir del barco los primeros
antes de que se hunda. Por ello la dirección reunió su consejo político donde se anunció
la convocatoria de un congresos extraordinario para después de las elecciones
autonómicas y municipales. Los críticos pedían un cambio total de la actual
dirección del partido, hubo una votación
y perdieron con 82 votos a favor de la
directiva actual, 38 en contra y 2
abstenciones.
Toni Canto Irene Lozano |
No importa el resultado de la
votación, hay quien quiere como sea tener más razón que nadie. Irene Lozano
que hace nada criticaba al eurodiputado Sosa
Wagner por estar a favor de unirse a Ciudadanos, ahora resulta que no tiene
pudor en decir lo contrario. Toni Cantó, que hasta ayer parecía el
guardaespaldas de Rosa, el actor venido a menos, que quería hacerse notar en
política, ve ahora peligrar su elección para la Comunidad Autónoma de Valencia, monta
el pollo y dice antes de que le quiten, que
no se presentará. Y así más o menos unos cuantos más. Ahora eso sí, aseguran
todos que son muy demócratas (cuando quieren y para lo que les conviene).
Estos que se marchan "corriendo" de la formación de UPyD no es que se
escaqueen, ni que sean alfabetos, como decía aquel sargento, estos lo que son
es demasiado listos o listillos, pero vamos a ver como les sale el tiro. Yo si
fuera Albert Ribera, el presidente de Ciudadanos, donde parece que querrían ir
muchos, no admitiría en mi partido a ninguno de ellos. Siempre es bueno que
haya crítica seguramente tienen razones, pero por favor un poco de formalidad. Es malo el presunto caudillismo del que acusan a Rosa, pero peor es el egoísmo,
la mentira y el oportunismo.
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