martes, 7 de abril de 2015

A cortarse el pelo

Estábamos haciendo la mili en el cuartel de Artillería 26 de Valladolid. Para poder salir de paseo por la tarde de 7 a 9 había que formar frente a la principal donde el sargento de guardia nos pasaba revista. Ya los más veteranos procurábamos  enterarnos  quien estaba ese día para esmerarnos más o menos en el aseo, las botas y demás  y no tener problemas. Aquella tarde había un hueso de muy mala fama. Estábamos ya formados y comenzó a pasar  revista paseando por entre las filas  y entresacando prácticamente  a uno de cada dos de las mismas, a la vez que nos acusaba de pelo largo. En estas estábamos cuando se oyó una voz del piso de arriba que mientras arrojaba unas monedas de duro donde estaba el sargento decía: Váyase usted a cortar el pelo y deje a los artilleros que salgan de paseo. El sargento se  cuadró y con voz estruendosa gritó: ¡A la orden de Usía, mi coronel! Pueden salir todos de paseo. ¡Rompan filas!

El Banco Madrid  fue primero intervenido porque lo que la propaganda aseguraba que era un banco modelo, no pasaba de ser un auténtico avispero con trapicheos, trabajos fraudulentos y blanqueo a espuertas de capitales provenientes de los negocios,  las personas  y países más corruptos, como Venezuela. A este no se le rescató como a muchas de las cajas atracadas por los políticos de turno sino que se le ha dejado caer y se encuentra en un proceso de liquidación. Esta misma mañana, el señor Jiménez Losantos desde su programa de Es Radio, despotricaba contra muchos de los presuntos culpables de todo lo ocurrido en dicha entidad y  seguramente tendrá más o menos razón en lo que dice, pero es que resulta que este banco se incluía como uno de sus mejores anunciantes.

Hay dos clases de publicidad: 1.- La clásica cuña que te la sueltan y la cadena o programa se lava las manos y 2.- Aquella en la que el director-presentador se implica  con su voz  y su presencia, poniendo todo de su parte en el anuncio para que este sea más eficaz y seguramente más caro y rentable. Pues esto que también hizo por ejemplo el señor Antonio Jiménez en Inter-economia TV, con los pagarés de Rumasa,  es lo que hacía el presentador y presidente de es Radio, Federico Jiménez Losantos.  No se trataba de un simple spot, desde hacía unos meses todos los días en su programa echaba un mitin sobre las bondades de depositar los ahorros y trabajar con el Banco Madrid. A buen seguro que de tanto ponderar y recomendar dicha entidad unos cuantos cayeron en sus redes y depositaron allí sus ahorros.

Todo era un fraude.
Por supuesto que no estoy diciendo que Federico tenga algo que ver en las corruptelas que se daban en el Banco Madrid,  pero sí digo que en vez de echar todos los balones fuera lo primero que debería hacer, al menos, es reconocer su implicación, su engaño a sus oyentes, por muy involuntario que fuera. Cuando se presume de saberlo todo y estar siempre en posesión de la verdad, no es de recibo que siguiera ponderando dicho banco hasta que prácticamente fue intervenido.

El sargento de guardia no es que tuviera melena, ni siquiera se podría decir que tenía el pelo largo, pero sí  que lo tenía más largo que los que echaba de la fila y se lo mandaba cortar, por eso el coronel se lo mandó cortar e él. Pues aquí ocurre igual: que reconozcan su error, que pidan perdón a los compradores por anunciar e implicarse personalmente en las supuestas bondades de Rumasa II y en este caso el Banco Madrid y después a lo mejor hasta podrían tener un poco de credibilidad y pase para criticar a los demás.


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