Hace un día espléndido, un sol
radiante, la naturaleza explota entusiasmo a raudales por todas partes, los animales, las plantas se llenan de colores, de ansias de alegría, de supervivencia,
de proyectos de nuevos frutos, nuevas plantas, otras vidas. Hay un cielo refulgente abrazando todo ese
estallido de primavera. Como si
la madre Tierra nos invitara a estar a
tope, como si solo pudiera haber cosas buenas, pero la vida sigue con todas sus
consecuencias: alegría y dolor, amor e indiferencia, amistad y enfrentamiento;
al final, vida y muerte, como esos 700
emigrantes que perecieron en el mar en su afán de buscarse un porvenir.
Imagen de la tragedia. Periódico El mundo |
Y ahora sí, ahora un par de días
nos diremos que no puede ser, que hay que hacer algo. Unos que dicen que es
cosa de toda Europa, otros que el
problema es mundial y ha de intervenir
la ONU, otros que los estados, los gobiernos han de solucionarlo. Siempre
intentado tirar balones fuera. No, no creo que sea problema solo de los gobiernos de Italia o España, de la Unión
Europea o de la ONU. La situación es
mucho más grave, tanto que nos afecta a todos y nos deberíamos involucrar
personalmente mucho más sin pretender endosárselo todo a las instituciones.
Los gobiernos, las instituciones, han de ser pioneros en afrontar e intentar
resolver los problemas de los
ciudadanos, para eso les pagamos, pero estos también pueden y deben hacer algo
más que criticar y pedir. Solo cuando nos afectó un caso de Ébola, que por
suerte no llegó a ser mortal, la gente
se acordó de que en África, a pocos
cientos de kilómetros, por la misma infección se morían por miles, pero desde que se resolvió aquí el problema, de dicha enfermedad, apenas hemos oído hablar más. Es lo fácil,
siempre descargar todo en los gobiernos, en los demás. Aquí hay señores como Verstrynge ex Secretario General de AP o el Gran Wyoming presentador famoso de las Sexta que tienen la osadía de criticar y pedir al gobierno
que resuelva el problema de una
vivienda digna para todo mortal mientras ellos poseen más de una decena de estas. Y hay mucha gente que sigue, oye, aplaude y
corea a "predicadores" como estos y otros muchos parecidos. Con discurso y mentalidades así: ¿Dónde
podemos llegar?
Que este planeta azul, esta
Tierra es de todos y sus recursos también y no está bien que a unos les sobre tanto y otros les falte lo más
elemental. Vale que se critique que aquí hay personas que no
pueden pagar calefacción pero mucho más
acordarse de que mueren cada día 10.000 niños de hambre
en el mundo, de tantas personas que encuentran la muerte en busca de un cacho pan. Así que lo primero,
además incluso por egoísmo, si no queremos
que nos "invadan" es que todos, en la medida que podamos, les
devolvamos algo de lo que les pertenece. Para empezar no estaría de más que nos rascáramos el bolsillo un poco más.
Pensaba hablar del cielo azul, la primavera, y he acabado como D. Ramón, el antiguo, peculiar y admirado cura de mi pueblo, echando un sermón… Perdón por las molestias.
Pensaba hablar del cielo azul, la primavera, y he acabado como D. Ramón, el antiguo, peculiar y admirado cura de mi pueblo, echando un sermón… Perdón por las molestias.
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