miércoles, 5 de junio de 2013

Ilusión con huevos

Alguna vez en este blog he hablado de Meterio  el de mi pueblo. Un señor que decían que estaba  un poco, o bastante loco. En el paraje llamado El Corcho había cavado una especie de poza moviendo toneladas de tierra. Nos dijeron que lo había hecho para encontrar la gallina con los huevos de oro. Al parecer también había cavado en más sitios aunque sin fortuna.

Por aquel entonces  a los chavales con 11 o 12 años ya nos mandaban los padres hacer algunas cosas, como por ejemplo ir a apañar para los conejos.  Salíamos por los alrededores del pueblo y echábamos en una cesta, que pesaba casi más que nosotros,  hierbajos y mielgas que los conejos devoraban después en casa cuando  se lo echaban. Una vez estando buscando apañejo para los conejos encontré un nido que tenía 3 huevos de gallina. Los llevé para casa con gran alegría y se los di a mi madre. Serán de alguna gallina de fulana, o de la otra, o de la de más allá, dijo. Entonces era normal que las gallinas salieran de las casas y anduvieran merodeando por el pueblo, incluso juntándose las de varias casas aunque luego a la hora de volver cada una volviera para la suya. Durante los siguientes días iba a ver el nido y casi todos encontraba un huevo nuevo. Así  una semana o poco más, hasta que se acabó el chollo. A petición mía, mi madre me hacía todos los días para merendar el huevo que la llevaba y yo me lo comía con gran alegría, casi como si lo hubiera puesto yo.

Han salido las nuevas cifras del paro del mes de mayo 98.265 personas han salido de la lista que anda ahora por la terrorífica cifra de 4.890.928. Pues como casi siempre hay opiniones para todos los gustos. Para unos es tremendamente positivo y marca además de una gran alegría para los que han  encontrado trabajo, un cambio de tendencia. Para otros no significa nada, es solo algo ocasional, estacional y además con mayoría de contratos temporales que acabaran muy pronto.

Mejor buscar gallinas y huevos reales
Se puede hacer lo que Meterio, buscar la gallina de los huevos de oro, buscar el milagro que probablemente nunca llegará y seguiremos llevándonos chascos y decepciones, o sencillamente trabajar para buscar la sorpresa positiva de cada día como me pasó a mí con los huevos que me dejaba “amablemente” aquella gallina,  y congratularnos, como yo lo hacía. Creo que hay que ser muy negativo o torticero para no apuntarse a lo último. Yo desde luego, que me apunto.

En el restaurante del Nuevo Recreo Industrial, Manolo pone toda la carne en el asador y el pescado también,  para dar siempre lo mejor. También en Pendón de Baeza en la Máquina

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