Gonzalo siempre había sido tímido,
demasiado tímido, el hecho de estar delante de una chica ya le ponía nervioso,
sin capacidad para una conversación normal y mucho menos para intentar ligar. Mariluz era la chica de sus
sueños y sabía el camino de sus pasos hacía el trabajo. Con frecuencia se hacía el encontradizo para sacar de ella un
hola, una sonrisa y nada más.
Llegó un martes de carnaval, Gonzalo
no se había disfrazado en su vida de nada, pero ese año animado por sus amigos decidió
hacerlo. Un traje de rayas como de gánster, un sombrero, unas gafas oscuras, un buena barba; vamos que no le conocía ni la
madre que lo parió cuando se presentó en medio del mogollón de disfraces del pueblo y menos
tratándose de él que nunca se disfrazaba.
Enseguida pensó en Mariluz, seguro que estaría allí también disfrazada. Claro que estaba, pero se la distinguía
bien. Gonzalo, escondido en su nuevo look, se percató que los nervios ya no
le asediaban así que se presentó delante de ella y desfigurando su voz intentó dialogar.
Hablaron y hablaron, a Gonzalo parecía que las palabras se le amontonaban por
salir, pero poco a poco su voz volvió a
su tono habitual y Mari luz lo reconoció.
Sonrisas y más sonrisas que acabaron en la barra del bar. Y
después más citas y novios y… matrimonio.
Carnaval en Rio de Janeiro. |
Hoy es martes de carnaval, la
gente se disfraza, se trastoca, se
vuelve un poco como loca, intentando salir de la rutina. Por carnaval todo pasa, dicen
en mi pueblo. Todo un año intentando ser responsables, educados,
correctos; qué menos que un día para
poder salir de todo eso. Debería haber
más días, una semana al menos como ocurre en muchos lugares para poder cambiar:
llamar al jefe mangante, decir lo que no es correcto, querer sin ruborizarse,
pensar que es uno el "dueño".
Hay veces, como en el caso de Gonzalo en que lo ideal sería actuar como si fuera siempre carnaval. Dejar de lado los
complejos absurdos, los respetos exagerados, los miedos latentes, los silencios
temerosos. Ser uno mismo, con defectos y
virtudes, con realidades y sueños, con desengaños y amores. Gonzalo ahora se disfraza el día de
carnaval, antes con su cobardía y prejuicios, lo hacía todo el año
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