viernes, 15 de abril de 2016

Vebor: la salida del laberinto


Después del bombazo que supuso su último libro: "Idolatría en  las Matemáticas" donde cuestiona  la veracidad y exactitud de  las más elementales normas de la llamada ciencia exacta, Ángel Alonso, Catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de León, está ahora en la publicación de un nuevo libro "Vebor: la salida del laberinto"  del que ha tenido la gentileza de colgar un borrador para que podamos ya saber de qué  va.                   Pero no se  trata solamente de un nuevo libro, es un gran proyecto, un gran trabajo, una gran revolución lo que Ángel y su equipo tienen en mente, como  nos "advirtió" ayer en su charla en la sala de conferencia de la Biblioteca Universitaria

El lenguaje, su desarrollo y perfeccionamiento, fue el eje de  su discurso, pieza fundamental  y necesaria en el devenir humano, cada vez más difícil y complicado. Al contrario de lo que piensan algunos, continuaba diciendo,  lo ideal no es utilizar muchos idiomas, como pretenden aquellos.  Lo bueno sería tener una misma lengua donde todos nos entendiéramos. Ese gran desiderátum, un lenguaje universal, por más que pueda parecer un poco fantasioso, es en lo que él y su grupo llevan tiempo trabajando. Sabe que es un tema arduo y de mucho tiempo, dedicación y trabajo. De mucha gente, de muchos colaboradores de las más diversas especializaciones, de generaciones; será en fin para largo.

La llamada era de la  comunicación y la informática, donde podemos recabar información en segundos de los sitios  más alejados, resulta que lo que más nos separa no es la distancia sino el lenguaje. Nos habló de un lenguaje primordialmente científico y técnico, con términos, identificadores que llama él, claros, donde no pueda haber el menor atisbo de duda entre máquinas o personas cuando sea utilizado.  Para las llamadas ciencias del espíritu, la literatura, la filosofía… donde la exactitud  no es pieza fundamental, podría seguir sirviendo el lenguaje actual. Será un idioma, decía, donde la imagen tendrá una presencia primordial, bidimensional, tridimensional...,  a partir de aquí servidor ya se perdió.

Por hacer un inciso: hay una cosa,  Ángel,  en la que no estoy de acuerdo. Dices que muchas veces en las tertulias y parlamentos los políticos no se entienden por culpa del lenguaje. Discrepo totalmente, el 99% de las veces no es lenguaje lo que les separa, es el egoísmo, el partido, la obediencia al jefe.  Por eso no tienen inconveniente en decir mañana lo contrario que hoy, por eso no les importa decir que llueve aunque estén meando, hay que seguir chupando, hay que salir en las listas.

Un auténtico terremoto lo que está proponiendo Ángel,  tal vez demasiado "ambicioso",   pero pensar que se va lograr es elemento indispensable para que esto suceda. Conozco al autor  desde que estábamos juntos en aquel internado, por eso aunque en este humilde blog nunca hablo de temas que puedan tener relación con la ULE, la empresa donde  está mí tajo, en esta ocasión he querido hacer una excepción.  Porque sé algo de su cabeza y extraordinaria capacidad de trabajo, quiero creer y creo en el milagro.


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