En 1833 ya Mariano José Larra en la
revista satírica " El Pobrecito Hablador" publicaba su famosísimo
articulo donde denuncia la postura del funcionariado y muchos españolitos
de aquellos tiempos de entorpecer reiteradamente sus deberes con la consabida respuesta al interesado que pone título a dicho
artículo: "Vuelva usted mañana".
Casi dos siglos después parece que muchos
de aquellos comportamientos siguieran vigentes cuando un día como hoy uno
se acerca a ciertas oficinas.
Acudía la semana
pasada para un trámite simple en Hacienda. Una vez realizado la funcionaria
me dio unos papeles que debía rellenar y presentar en dichas oficinas
cualquier otro día a fin de proveerse de datos que sin ser imprescindibles, por
ineficacia o negligencia no tenían. Rellene los formularios y a los pocos días
fui para presentarlos.
—Mire esto ahora
no es aquí. Tiene que sacar un tique en la maquina donde pone censo. —Me dijo
la señorita.
Me fui a la
maquinita para pedir vez y !Oh sorpresa!, el cacharro me contesta que ahora tengo que pedir vez por teléfono o por Internet.
—Pero si no se
trata más que de dejar estos papeles, he venido aquí expresamente a esto y
me cuesta tiempo y dinero si tengo que volver. —Le comento al
funcionario que apareció por allí.
—Es así yo no
puedo hacerle nada. —Me contestó el señor.
Monto un poco el
pollo pero me es igual ni siquiera, no como funcionarios, sino a título
particular, de todos los empleados que me observaban, nadie se ofrece para
intentarme ayudar.
Se me pasa por la
cabeza tirarles los papeles pero como soy partidario de que el que quiera circo
que pague entrada, desisto y me voy en
retirada.
Ayer mismo colgaba en este blog un post donde hablaba de la conveniencia de no callarse ante la
injusticia y los malos modos, hoy parece que me ha tocado a mí la china. No, no
estoy diciendo que todos los funcionarios sean iguales. En todos los oficios,
en todos los gremios hay gente buena y mala, competente y tarugos, sobre todo
se trata, como decía ayer de no callarse ante la injusticia. Ya en
la calle pensaba que si a mí que más o menos me defiendo un poco en estos
papeleos me pasan estas cosas, que le puede pasar al buen señorín de
pueblo que apenas fue a la escuela.
Larra, periodista y escritor romántico del siglo XIX |
Como son datos que
me piden pero que ellos deben o pueden tener a poco que se lo propongan, yo no me creo en la obligación de facilitárselos por su incompetencia e
inoperancia, así que he decidido que yo administro mi tiempo y a esos papeles
no les voy a dedicar ni un minuto más. Que sí, que vuelvo a repetir que
la mayoría de los funcionarios, de los guardias civiles, de los médicos, de los
profesores... son buenos. Pero a ver si de una vez por todas se van enterando
algunos, aunque sean los menos, que son nuestros empleados y les pagamos para
que nos atiendan, nos resuelvan los problemas y nos faciliten la vida.
Así que aún a
riesgo de llevar la contraria a Larra, yo no pienso volver ni mañana ni
nunca, para entregar esos papeles, por las oficinas de
Hacienda.
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