En la calle La Serna hay un centro
de hemodiálisis. A su puerta hay continuamente ambulancias que llevan a los
enfermos para sesiones de dicho tratamiento. Con frecuencia paso por allí, ayer
había un conductor que conocía y me pare un poco a hablar. Más que
en nuestra conversación puse la atención en dos viejos que acababan
de pasar por las máquinas, que salían en camilla. Me fijé
en sus caras muy avejentadas y demacradas, los dos intentaban hablar pero
apenas lo conseguían, pero con todo ello sí que se les escapó, ante
un comentario del transportista, una sonrisa.
Hay enfermos renales que con sus sesiones de
hemodiálisis llevan una vida con limitaciones, pero normal, aunque
no debía ser el caso de estos. Yo después ya caminando pensaba: estos hombres y
en ese estado es como si cada vez que se acercan al centro fueran a
pedir una prórroga para su vida de dos o tres días. En el
fondo todos estamos en tiempos de prórroga que la vida
nos va dando en los más diversos casos: cuando salimos a flote de un accidente,
cuando superamos aquella enfermedad, cuando estuvimos en peligro por tantas
circunstancias sin ni siquiera saberlo.
El primer día del resto de mi vida, se titula una
novela de Jemma Forte, llena de emociones y contrastes. Es cierto cada día es
el primero de lo que nos va quedando independientemente de lo vivido, hay que aprovecharlo. Nelson Mandela entró en la cárcel con 44
años, estuvo hasta los 71. De ser un preso pasó a ser presidente de
Sudáfica. Según confesó: en prisión se estuvo preparando para ello.
Si estás dispuesto, si mantienes la ilusión y el espíritu puede que nunca sea
tarde.
Debemos saber ser agradecidos por lo que tenemos y no
por lo que nos falta. Agradecidos y preparados por lo que aún podemos hacer a
pesar de las limitaciones que se puedan tener. Mejor que nadie lo sabemos. Podemos engañar a todo el mundo menos a nosotros mismos. Tampoco
debemos dejarnos engañar por los demás, ni cuando nos halagan, ni cuando
intentan hundirnos. Uno tiene que saber lo que le interesa en cada momento ser
y lo que puede hacer sin miedos a prejuicios y opiniones. Mucho más importante
que llevarse bien con los demás, es llevarse bien con uno mismo.
Tiempos diferentes de un partido que es la vida,
prórrogas incluso de días, como los viejos de la diálisis, que siempre hay que aprovechar, para lo que se pueda, también para una sonrisa.
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