jueves, 6 de febrero de 2014

Autonoqué: mías o suyas


Me cuentan que en un pueblo de nuestro ayuntamiento -omito el nombre  porque sería propaganda negativa- tenían un equipo de fútbol allá por los años 50. Entre todos los jóvenes, mozos del pueblo, se habían comprado su balón y en las eras  disfrutaban jugando entre ellos y también con los pueblos colindantes. Pero un día hubo problemas en el equipo, controversia, voces;  y al mozo más burro no se le ocurrió otra cosa que sacar una navaja del bolsillo y cortar el balón, como si de un melón se tratara, en tantas piezas como jugadores, dando una parte a cada uno.

Con la llegada de la democracia se hizo imprescindible hacer una constitución  para  apaciguar el gallinero de algunas regiones con delirios de  diferencia, superioridad y grandeza. Se propuso el sistema de división territorial autonómica. Lo que en un principio se pensó para Cataluña y País Vaco principalmente además de Galicia, como nacionalidades históricas decían, como si las demás no tuvieran historia. Después se tuvo que ampliar a todas porque lógicamente todas se apuntaron y lo exigieron. Aquello de café para todos.

Dijeron que sería bueno acercar la administración al ciudadano, aunque para cercanos ya están los ayuntamientos y las juntas vecinales, a las que ahora pretenden algunos cargarse.  En la era de la teleinformática y demás inventos que nos ponen a todos en contacto en segundos,  se crea más  burocracia y con ello más problemas. Al final los nacionalismos han convertido el derecho a la diferencia en una diferencia de derechos según donde se viva.

Hemos creado 17 miniparlamentos, 17 gobiernos con sus consejeros, ministrines como dicen los asturianos, de donde parten miles de leyes y ordenes que convierten a España en un  verdadero galimatías. En Andalucía se paga el cambio de sexo, en unas autonomías no se puede tener derecho a tratamientos de fertilidad si se pasa de 40 años, en otras son 45, diferencias para poder prescribir tratamientos médicos, por ejemplo anticoagulantes, diferentes complementos de becas, por supuesto 17 leyes diferentes en cada autonomía para pesca,  comercio, industria, vivienda etc. lo que entorpece enormemente dichas actividades.

Y si acaso pedían poco los prebostes comunitarios viene el títere de Zapatero apoyando reformas de estatutos inconstitucionales, Aznar, que ahora va de salvapátrias les traspasó las competencias en educación y sanidad, pilares básicos del estado de bienestar, dicen que le obligaron los números del arco parlamentario para seguir adelante, pues que hubiera dimitido. Así hemos llegado a que en la educación catalana, por poner un ejemplo,  el río Ebro, que pasa por 5 comunidades, los textos de su geografía dicen que es un río catalán que nace en tierras extrañas. ¿Nos reímos o lloramos? Yo creo que mejor lo primero.

Además de estar continuamente intentando sacar lo máximo de papá estado para después dilapidar y en muchos casos de corrupción, robar; resulta que se atreven a desobedecer las leyes  y sentencias de los tribunales como ocurre estos días en Cataluña: El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dicta sentencia de que dicha autonomía tendrá que acatar cinco resoluciones sobre el tratamiento en la educación del idioma español, una dice que el 25% de horas lectivas tendrán que ser en este idioma para quien lo solicite y salen los consejeros de Educación y Presidencia a decir que no lo harán. No es la primera vez que se pasan por el forro leyes y sentencias, increíble pero cierto y no pasa nada. Así que habrá que empezar a hacer cada uno lo que nos parezca independientemente de la ley, a ver qué pasa.

En fin que lo que iba a ser para bien y mejora de los ciudadanos, se ha convertido en todo lo contrario, un auténtico lastre económico y social. Imagino la cara de bobos que se les pudo quedar a los mozos cuando vieron partir el balón y que su trozo no les servía para nada. La misma cara yo creo se nos está quedando a muchos cuando vemos a donde vamos con las autonomías, porque aunque muchos digan que no pretende partir a España en cachos, los hechos así lo demuestran.  Puede  que fuera conveniente alguna mínima administración entre la central y provincial pero… ¿Dónde podemos ir  con tanto  lendakari, ministrín y procurador, con tanto gasto, con tanto vividor?




1 comentario:

  1. Una vez mas me tengo que quitar el sombrero, eres un genio que redacta fenomenal y el fondo del asunto es incontestable. Quien quiera leer que lea.

    Un abrazo amigo y a cuidarse.

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