lunes, 24 de marzo de 2014

Adiós a Adolfo Suarez

Parece que hay un dicho popular que dice: Dios te libre del día de las alabanzas.  Yo oí más de una vez decir a un paisano de mi pueblo que el día de la muerte es el día de las alabanzas. A fulanito le llegó el día de las alabanzas, decía cuando alguien cascaba. Ese día afirmaba: todos son elogios y cumplidos para el fallecido, incluso por parte de los que antes no le podían ni ver.

Ayer falleció Adolfo Suarez. Hoy escucho toda la perorata de discursos y lagrimones que algunos dejan caer, para una vez más llegar a la conclusión de que el señor de mi pueblo tenía toda la razón. Recibió navajadas y traiciones de todas partes, incluso de su mismo partido de entonces  UCD. Felipe y Guerra usaron toda suerte de armas para quitársele de encima.

1976  3 de julio
Le nombra el Rey Presidente a la dimisión de Arias Navarro.
1977  15 de junio
Gana las primeras elecciones con UCD,  165 diputados.
1979    3 de marzo
Gana por segunda vez con UCD, 165 diputados.
1981  29 de marzo
Dimite de su cargo de Presidente del Gobierno.
1982  28 de octubre
Se presenta con su partido CDS a las elecciones saca 2 diputados.
1986  22 de junio
Se presenta de nuevo y el CDS saca 19 diputados.
1989 14  de mayo
En las elecciones saca 14 diputados el CDS.
1991
Decide abandonar la política.
 
Calvo Sotelo y Adolfo Suarez, dos buenos Presidentes de la democracia que ya se han ido.
Así que ganó dos elecciones consecutivas con la UCD pero  ante el acoso y derribo que le hicieron tanto sus propios como los adversarios,  funda el  CDS,  que le dio muchos menos resultados de los esperados, un fracaso. Hoy parece que todos le querían mucho pero entonces los votos no lo demostraron. Ahora cuando oigo y veo a algunas personas, sus pesares y comentarios, aunque muchos por supuesto sean  sinceros,  no puedo evitar recordar lo del día de las alabanzas, las lágrimas de cocodrilo.

Pienso que Suarez fue un buen Presidente aunque no exento de grandes fallos, como por ejemplo, la configuración del Estado Autonómico. Hay quien dice que no le quedaba otro remedio que si no se hubiera armado. Yo creo que no, que la mayoría de los españoles éramos conscientes de lo que nos estábamos jugando y  por mucho que unos pocos intentaran liarla para conseguir sus fines, nada hubiera pasado. Lo que no me cabe ninguna duda es que fue una excelente y gran persona que puso el Estado y la Concordia de los españoles  muy por encima de sus intereses particulares y de partido, lo que contrasta fuertemente  con alguno de su sucesores que ha hecho todo lo contrario.

Una vida más, de un político tan singular y transcendental, que se ha ido después de  un alzhéimer duro y largo. Descanse en paz.




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