Acabo de ver dos grandes pintadas
en el Campus Universitario: en la pared de la Cafetería
por fuera ponía "fuera vuestros rosarios de nuestros ovarios", en Derecho también por fuera, "El embarazo es solo mío, el aborto del cura, del psiquiatra y del juez". Todo en
caracteres de más de 20 cm. Me cansa
ya oír hablar del tema del aborto porque además creo que es un tema muy
delicado, en el que cada caso es un mundo, pero me cansa más ver siempre las
mismas coletillas.
Me pregunto que tiene ver lo que
pueda creer una persona para que otra pueda hacer lo que estime oportuno,
e incluso respete lo que esta última haga. El que uno sea de una
determinada religión con unas concretas normas de conducta no quiere decir que
pretenda imponer a los demás su moral porque además no podría. Así que mejor que el que sea católico y quiera
rezar, que lo haga y el que su doctrina o moral le indique otra cosa que se intente comportar de acuerdo a ella.
No pretendo defender a los curas,
que se pueden defender mucho mejor de lo que pudiera hacer yo, pero no deja de ser un memez decir que los curas coaccionan o imponen nada.
Ellos por supuesto como representantes de una religión defienden sus normas
pero el que no crea me imagino que debía
y debe ser igual que si oyese cantar un carro. Incluso a los católicos el cura nada puede
hacer para que no obren como les parezca, como no sea algún "sermón" y con no
hacerle caso... Los musulmanes, no comen carne de cerdo y yo por
eso no me voy a meter con ellos, mientras no me la impidan comer a mí.
Lo del psiquiatra no entiendo muy
bien para qué necesita una persona que
hace un aborto convencida, como no lo necesita una que se opera de apéndice,
por ejemplo. Tampoco al juez porque
resulta que en la nueva ley del aborto aunque se prevén delitos si se actúa fuera de la ley, la mujer nunca será penalizada por abortar. Claro
que aunque no la penalicen a ella si penalizan al médico, con lo cual no lo va
a tener tan fácil. Las cosas como son.
Bueno pues eso, que cada uno con el que tiene que librar la
primera y principal batalla en el caso del aborto como en cualquier otro, es consigo
mismo y partir de ahí se pueden admitir o no consejos, acatar la ley o
bordearla, pero respeto, mucho respeto
por todas las partes, sobre todo si se pretende ser respetado.
Enhorabuena por tu reflexión Cefe es profunda y acertada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.