Un día de primavera
especial. Ha amanecido con truenos y
relámpagos con oscuridades y tempestades.
Me parece que puede ser un buen día para corazones turbulentos y mentes revueltas.
La farola que tantas veces ha
ocupado la niña de mis ojos mientras mis ideas vagan por los más diversos
recovecos, sigue desafiante ante la tormenta que la mimbrea
de un lado para otro intentando arrancarla, retadora en su empeño de seguir
alumbrando las noches de mi pueblo.
Querida farola, eres parte importante de mi vida. |
Hay personas que en mi vida han
sido y son importantes que imagino cual farolas, farolas de cuerpo y alma, farolas que ya no están y que siguen dando luz, farolas que siguen vivas.
Farolas de sus familias, de sus amigos, de su casa. Al igual que la farola que
está frente a mi ventana, a éstas los vendavales nunca les han faltado, ni hoy tampoco les faltan. Dejad que os balanceen que con ello
mejor pasan, mas no consintáis que os arranquen de vuestra meta ilusionada. No
os arrancarán, habéis sido duras forjadas. Yo solo quería animaros mientras
pasa la borrasca.
Farolas que lo dan todo y a
cambio a veces pedradas. Farolas de fibra humana…farolas de hojalata.
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