Hoy García Trapiello en su
columna en el Diario de León, Cornada de lobo, habla del
refranero, esas sentencias, esos dichos
tradicionales que en su mayoría encierran tanta sabiduría. En el Quijote, como
apunta, aparecen muchos de estos.
Sancho, dice Trapiello, endilga ocurrencias y sentencias a D. Quijote como si
fuera un gran twittero de aquellos
tiempos. Refranes para casi todas las ocasiones, también para esta. Hoy me vienen
a la memoria unos pocos: Del dicho al hecho hay un gran trecho. Una cosa es
predicar y otra dar trigo. Consejos vendo que para mí no tengo.
Cuando el mundo se sigue
empeñando en seguir con sus fronteras, con sus egoísmos, con sus guerras; los
problemas, que ya de por si acucian a la condición humana, se agravan y surge
con más fuerza la desgracia, el desarraigo, el
hambre, la miseria, los refugiados. Ante esa avalancha humana que viene
en busca de supervivencia de Siria, Irak… Europa porque lo cree justo o
necesario o ambas cosas, quiere dar asilo a 120.000, después de hacer sus
cálculos según diversos parámetros a
España le corresponderían 14931. El gobierno
ha dicho que acepta los que le han asignado y pondrá los medios para afrontar
el problema.
Pero cualquier ocasión debe ser buena para algunos
con tal de poder demostrar lo buenos que ellos son y lo torcidos y egoístas que
son los demás, empezando por el ejecutivo. Así que los primeros que han dicho: venga
refugiados, han sido los ayuntamientos gobernados por toda esta tropa de
Podemos, Ganemos, Compromís y demás adláteres. Eso sí: a renglón seguido han
pedido dinero, venga dinero, más dinero,
a Montoro. Con el dinero de los demás, mejor dicho con el dinero de
todos, cualquiera es generoso. Si a título público quieren hacer algo que por lo menos sea con el dinero que maneja su corporación y si no que se callen y dejen que el
que paga lleve la iniciativa, que estarían mucho más
guapos.
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Huyen de la muerte, solo quieren vivir
(El Confidencial, imagen) |
Están llegando a los medios
algunos nombres de personas dispuestos a recoger en su casa a refugiados. Creo
que para solucionar problemas tan graves es necesario acudir a actos
extraordinarios, como estos. No se puede pretender quedar con los brazos
cruzados y que todo lo haga papá estado. Por encima de las naciones, de las
leyes, están las personas.
No es coherente tener tropecientos pisos como el que se autodenomina
Gran Wyoming y criticar miseria y desahucios. No, no está bien mirar para otro lado.
Que es verdad, que no es lo mismo
predicar que dar trigo… Si esos tiradores con pólvora ajena quieren demostrar personalmente algo, ya saben, que se dejen de mandangas y que den como
muchos lo están haciendo, algo de lo que, a fe cierta, a más de uno les sobra.
Consejos vendo que para mí no tengo.