Tordesillas ha estado de actualidad
por el famoso toro de la Vega. Los medios de información sobre todo
los amarillos y sensacionalistas han visto en toda esa historia una buena mina
para inyectar a la población demagogia y sensiblería. Hasta algún
telediario como el de Piqueras en Tele-Caso abría su edición con
dicha noticia, como si ayer no hubiera habido nada más importante en el
mundo mundial que dicho "Acontecimiento".
A mí tampoco me parece ni medio bien dicho
espectáculo, es más bien lamentable, pero respeto a los que pueden
pensar lo contrario y sobretodo me parece mucho más lamentable montar ese
circo como pretendiendo demostrar que algunos son más buenos
nadie. ¿Es que no sabe toda esa gente, por ejemplo, que sucede cada día
en los mataderos? ¿No se enteran, por decir algo, como tienen las explotaciones
a las gallinas, para que pongan más, a las cerdos para que engorden más,
a las vacas para que den más leche etc.? ¿Tampoco saben cómo
se realiza la caza o la pesca? No lo saben o no lo quieren saber. En fin
supongo que toda esa gente no comerá carne ni pescado.
Pero a mí Tordesillas lo que me recuerda mucho más
que el Toro de la Vega es a mi buen amigo y compañero de mili: Eustaquio Rodríguez San José, Taqui para los amigos. Llegó al
cuartel cuando algunos ya llevábamos unos pocos meses, era pastor apenas sabía
leer, pequeñito, un poco gangoso, se diría que feo de cuerpo aunque maravilloso
de espíritu. Algunos de esos listillos que siempre hay en todas partes pretendían mofarse de él, pero tuvieron que dejar de hacerlo porque pronto Taqui se hizo con muchos amigos. Dormía en la litera encima de mí, a veces le
balanceaba el colchón desde abajo, nos reíamos mucho los dos. A nuestro lado además dormían otros dos que
eran de su pueblo: Albóndiga y Chana
eran sus apodos, no me acuerdo como se llamaban.
Muy buenos ratos y muy buen compañero fue, pero hoy
al oír tanto hablar de Tordesillas y recordar a mi amigo Taki, lejos de
contar tantas batallitas que vivimos juntos quiero apuntar algo por lo que le estaré agradecido mientras viva. Llegó el
día de licenciarme, había que entregar las
cosas de la mili y ya te largabas. Entre lo que había que devolver
estaba una marmita, que por cierto yo había extraviado. El sargento ya me había
dicho que sin marmita no pasaba. Entonces me dediqué a ver quién me daba una
incluso pagando, pero me iban diciendo que después ellos que hacían cuando llegara su día. No se lo había pedido a
Taki porque no quería crearle problemas,
pero se enteró del tema y me andaba buscando por el cuartel para darme
la suya. Creo que se me saltaron las lágrimas. Abrazos, besos; ya tenía también
la marmita, el sargento aquel que tanto nos fastidiaba, no le quedaría más
remedio que dejarme marchar, mientras yo esbozaría
una sonrisa.
Imagino que seguirás en Tordesillas amigo San José, -TAKI- |
Ya de aquellas sabía que
Tordesillas era un pueblo grande pero si yo iba preguntando por mi amigo y
dando señales no dudaba que daría con él. Alguna vez la vida me ha guiado los
pasos por allí, lo he intentado y no lo
he logrado. Hoy quiero desde aquí hacer
un intento más por encontrar por saber algo de
EUSTAQUIO RODRÍGUEZ
SAN JOSÉ. Taki,
querido compañero y amigo, hace tantos años, supongo y confío que estás vivo,
pero… ¿Dónde estás?
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